Denuncia a su mujer por violencia intrafamiliar

Profesionista sentó precedente al interponer la querella formal ante las agresiones físicas y verbales a las que es sometido en manos de su esposa quien valiéndose de artes marciales lo lesiona sin dejar rastro: teme por su seguridad y la de sus hijos pues revela que su esposa le ha confesado que anda con amistades "peligrosas"

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Tampico.- Con el expediente numeral 385/2020, radicado en la Unidad General de Investigación Número 1 de Procedimientos Penales y Acusatorios, un hombre denunció a su esposa por golpes, lesiones y agresiones verbales, además de amenazas de muerte.

Se trata de Héctor “N” de 43 años de edad, profesionista de la rama de derecho, mismo que refirió que tiene 18 años de casado con Mayra “N” de 40 años, ama de casa, procreando a 2 hijos, uno de 18 años y una niña de 12.

Manifestó que el pasado lunes él se encontraba con unos amigos en su domicilio, cuando su esposa llegó y se abalanzó en contra de él, lanzándole improperios, además de atacándolo a golpes.

Indica que ella, su mujer, es diestra en artes marciales, situación que aprovecha para hacerle daño en partes en donde no se le notan.

«De repente llega ella, voltea, saluda a mis amigos y empieza a gritar y se me va encima. Empezó a gritar groserías como: pendejo, poco hombre, te faltan testículos y llegó un momento que trate de evitar la confrontación física», indica.

«Sus golpes sus movimientos son tácticos, ella sabe cómo y dónde golpear y sabe defenderse, me empezó a golpear en el pecho con los nudillos… Cuando intentaba pararme no me dejaba, me golpeó en repetidas ocasiones”, dijo.

Durante esos golpes, Héctor refiere que empezó a tener problemas de presión alta “y empecé a toser que es seña que la presión se me dispara y entonces ella se fue a rasguñarme en los brazos y mis amigos se espantaron… Los empezó a correr. Yo les pedí que no se retiraran del lugar por mi seguridad», expuso.

Precisa que su mujer está decidida a divorciarse, pero tiene temor que su hija menor se quede con ella, pues teme por su seguridad.

«Temo por la integridad física de mis hijos y mía, y no quiero que la violencia que he vivido sea transmitida a mis hijos», recalcó.

Reconoció que este tipo de casos son difíciles de ver y menos ser denunciados, pues aún existe el tabú sobre el qué dirán, sin embargo expresó, que todo llega a su límite y es necesario establecer el contacto con la ley para dejarlo asentado y sobre todo que se actúe.