Tampico, TAM.- En las calles del centro de Tampico, entre los comercios y el ir y venir de los transeúntes, es común ver un triciclo avanzar con paso tranquilo. A bordo viaja José Dueñez, vecino de la colonia Cascajal, acompañado de quienes él llama sus más fieles compañeros: Jorge y Frijol, dos perros que se han convertido en parte esencial de su vida y de su jornada diaria.
José lleva cinco años recorriendo la ciudad con ellos. Jorge, el mayor, tiene 10 años, mientras que Frijol, más inquieto y juguetón, apenas suma 5. Ambos son inseparables del triciclo con el que su dueño se dedica a recolectar cartón que los comercios desechan, una actividad que realiza desde temprano y que lo lleva a transitar por diferentes puntos de la zona centro a lo largo del día.
“Son nobles, no muerden. Desde que andan conmigo nunca han atacado a nadie”, cuenta José, quien asegura que sus lomitos lo acompañan atentos, cuidándolo mientras él cuida de ellos. Algunos establecimientos de abarrotes ya los conocen y de vez en cuando les regalan comida, gesto que él agradece profundamente.
Para José, Jorge y Frijol no son solo perros: “Son mi familia. Si en una casa no hay perros o niños, no es casa. Ellos me dan alegría”, dice mientras les acomoda el agua en una pequeña cubeta que lleva en el triciclo. Cuando enferman, explica, él mismo se encarga de comprarles medicamento y de mantenerlos protegidos.
Los tres conforman una pequeña comunidad que se abre paso entre las calles de Tampico, recordando que en medio de las prisas y la rutina también existen historias de lealtad, afecto y compañía. “Son animalitos indefensos que andan pegados conmigo”, afirma José, orgulloso de sus compañeros de vida.
Así, día tras día, Jorge y Frijol avanzan a su lado, recordando a quienes los ven pasar que la amistad más pura no siempre habla, pero siempre acompaña.

