Altamira, Tam.-La emergencia ambiental en Altamira se agrava día con día. Petróleos Mexicanos (PEMEX) continúa contaminando amplias zonas del municipio debido a fugas de hidrocarburo en ductos que atraviesan la colonia Los Pinos, Unidos Avanzamos, el ejido Maclovio Herrera y la Laguna de Champayán, donde los derrames ya afectan la tierra, el agua y la salud de cientos de familias.
Una de las situaciones más críticas se registra en la colonia Unidos Avanzamos, donde una vivienda ubicada junto al cárcamo de COMAPA tuvo que ser deshabitada por completo luego de que el combustible penetró hasta el interior de la casa, impregnando el terreno y dejando a sus ocupantes sin hogar ni pertenencias.
A más de mes y medio del inicio de la emergencia, PEMEX no ha logrado controlar las fugas ni localizar la fisura en sus ductos, mientras el hidrocarburo continúa extendiéndose hacia los canales pluviales que desembocan en la Laguna de Champayán, principal fuente de abastecimiento de agua para uso doméstico e industrial en el municipio.
“Ya no podemos sembrar ni regar; todo huele a petróleo. Nuestras tierras se están muriendo”, denunció el comisariado ejidal Carmelo García Gómez, al señalar que el impacto alcanza a cientos de productores agrícolas y pescadores, en especial a los beneficiarios del programa Sembrando Vida, quienes reportan pérdidas totales en sus cultivos.
Elementos de Protección Civil y del área de Ecología Municipal han acudido a la zona afectada; sin embargo, los pobladores denuncian que las autoridades federales y la paraestatal no han presentado un plan de acción ni un programa visible de contención del derrame.
“Tuvimos que salir de la casa, todo se llenó de petróleo. No hay forma de limpiar, se metió hasta el patio y huele muy fuerte”, relató Yohana Gallegos Mariñez, vecina de Unidos Avanzamos, quien pidió ayuda directa al presidente municipal, Armando Martínez Manríquez, ante la pérdida total de su vivienda.
Los afectados exigen la intervención urgente de SEDUMA, SEMARNAT, PROFEPA, CONAGUA y Protección Civil Estatal, ante lo que consideran una negligencia grave de PEMEX, que hasta ahora no ha asumido su responsabilidad ambiental ni social.
Mientras tanto, el daño ecológico continúa avanzando. El aire se contamina, la tierra se torna infértil y las comunidades rurales y urbanas de Altamira viven con el temor constante de que ocurra una tragedia mayor.