Altamira, Tam.- Cuando Mario “A.” cruzó por primera vez las puertas del Centro de Ejecuciones y Sanciones (CEDES) de Altamira, sabía que su vida cambiaría por completo. La libertad quedaba atrás y con ella las decisiones equivocadas que lo llevaron a perderla. Sin embargo, dentro de esos muros encontró un nuevo camino: la carpintería.
El encierro, que al inicio lo carcomía con pensamientos oscuros, se transformó en una oportunidad. Hace trece años descubrió el taller de madera y desde entonces ha dedicado tiempo, sudor y empeño a convertir simples tablas en piezas que hoy sostienen a su familia.
Con sus manos ha aprendido a crear artesanías, servilleteros con repujado, porta tazas, piezas decorativas, corazones con mensajes para enamorados y hasta recuerdos para bodas y quinceañeras. “Llevo ya 13 años dedicado a trabajar la madera. Esto lo hago para sobrevivir, para apoyar a mi familia y porque, si recupero mi libertad, quiero tener un oficio con el cual salir adelante”, compartió el interno.
El taller es más que un espacio de trabajo: es también una escuela. De 9 de la mañana a 5 de la tarde, Mario se concentra en pulir cada pieza, pero también en enseñar a los nuevos internos lo poco que ha aprendido, con la esperanza de que ellos también encuentren en el oficio una manera de ayudar a sus familias y, al mismo tiempo, mantenerse ocupados para no caer en pensamientos negativos.
Con orgullo, aprovechó nuestras cámaras y micrófonos para invitar a la población a visitar la próxima exposición de artesanías en el Obelisco de los Marinos Caídos, en las escolleras de Playa Miramar en Ciudad Madero. “Los precios varían desde los 100 pesos. Gracias a los donativos de madera que recibimos de la ciudadanía podemos seguir trabajando. Lo que compren será de mucha ayuda para nosotros y nuestras familias”, dijo con firmeza.
Mario aprendió la carpintería tras las rejas, pero más allá de los barrotes, lo que construye día a día es una nueva oportunidad de vida. Cada pieza tallada lleva consigo el mensaje de que, aun en los momentos más difíciles, siempre hay una manera de volver a empezar.