La paz sobre ruedas

Tamaulipas no es el mismo. A dos años de distancia desde que Américo Villarreal Anaya asumió la gubernatura, el discurso sobre la paz y la seguridad ya no se sostiene solo en intenciones o promesas de escritorio, sino en una política pública que avanza de poco a poco, en lo intrafamiliar y sobre el asfalto, claro, con patrullas nuevas y presencia institucional de las fuerzas federales y del estado.

En San Fernando, epicentro de episodios dolorosos en años pasados, y en donde conocimos los mexicanos el término “narcofosa”, ya, aunque no lo parezca, se siente otro aire. El gobernador acudió allí como todos los mandatarios con discursos, solo que esta vez entregó 70 nuevas unidades para reforzar la presencia de la Guardia Estatal en esa región, esto como parte del despliegue de 330 vehículos que están siendo distribuidos en toda la entidad.

Después de tanto, y sí, con lo mucho o poco que hicieran Egidio, Pancho García, y ahora Villarreal; Tamaulipas se ubica hoy entre los diez estados más seguros del país, y es ya el más pacífico del norte, claro, no podemos negar el trabajo de la federación, particularmente de la Marina Armada de México y de la Defensa Nacional, así como de lo que fue la Gendarmería, y ahora Guardia Nacional. Pero más allá del dato, lo importante es el mensaje: no se está bajando la guardia, al contrario, se refuerzan las capacidades del estado con equipamiento, coordinación y presencia constante en el territorio.

En el acto de entrega, realizado en el Centro de Convenciones, acompañaron al gobernador el secretario de Seguridad Pública, Carlos Pancardo Escudero; la alcaldesa anfitriona, Verónica Aguirre de los Santos; y los alcaldes de Soto la Marina, Jiménez, Burgos, Méndez, Abasolo y San Nicolás. El respaldo institucional fue contundente.

La Mesa de Coordinación para la Construcción de Paz se ha convertido en un espacio estratégico que permite atender las particularidades de cada región. Después del evento, el mandatario caminó por la ciudad hasta la plaza principal, donde dio el banderazo a las nuevas unidades. Un acto simbólico que demuestra que el control territorial se ejerce también caminando las calles, no sólo desde oficinas climatizadas.

Para el secretario Pancardo Escudero, cada patrulla representa más que una herramienta operativa; significa mejores tiempos de respuesta y una atención más cercana y humana. Esa narrativa humanista permea el discurso de este gobierno, y aunque eso no basta para resolver de fondo los problemas estructurales, es un paso hacia una reconstrucción de la confianza ciudadana.

El mensaje fue claro: Tamaulipas es un estado que se sacude su pasado con trabajo, con resultados y con una visión de largo aliento. Y esa transformación no es sólo institucional, también es territorial, comunitaria y palpable.

En la intimidad.. Mientras tanto, en el sur del estado, Altamira no sólo se fortalece como nodo industrial, sino como uno de los principales polos energéticos del noreste del país. Allí, la transformación no llega con uniformes, sino con inversión y tecnología.

El alcalde Armando Martínez Manríquez confirmó que ya están en marcha tres obras clave: una central termoeléctrica de ciclo combinado, una planta fotovoltaica y una subestación de alta tecnología. Esta combinación duplicará la capacidad de distribución de energía en la zona sur de Tamaulipas, impulsando al sector industrial, al comercio, al puerto y beneficiando directamente a la población.

La central termoeléctrica representa una inversión de 424 millones de dólares y tendrá capacidad para abastecer a más de 3 millones de hogares. La planta solar sumará 180 megawatts de energía limpia y contará con almacenamiento de 62 megawatts gracias a una planta de baterías. No se trata sólo de cifras, sino de soberanía energética, transición ecológica y competitividad.

Martínez Manríquez también ha propuesto a la CFE la pavimentación del camino rural entre el Ejido Santa Amalia y Estación Colonia. Porque el desarrollo no debe excluir, y una vía de acceso puede ser la diferencia entre el abandono y la integración.

Estas obras no sólo apuntalan el crecimiento económico; son, en palabras del alcalde, un compromiso con la calidad de vida de las comunidades cercanas. Una vez más, el progreso en Tamaulipas no se decreta: se construye.

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