Xalapa, Veracruz.– Después de 38 días encadenado a una luminaria frente al Palacio de Gobierno, Ricardo Ordóñez, originario de Coatzacoalcos, perdió la vida este martes 15 de julio. Su protesta extrema era un llamado desesperado para exigir la intervención de las autoridades estatales, especialmente de la gobernadora Rocío Nahle García.
Ordóñez, de 47 años, denunció haber sido víctima de un presunto fraude inmobiliario que lo dejó sin hogar y expuesto a amenazas, sin que, según afirmaba, la Fiscalía General del Estado atendiera sus denuncias ni le brindara protección.
Durante más de un mes, permaneció día y noche en la Plaza Lerdo, sosteniendo una huelga de hambre como forma de presión para ser escuchado por la mandataria estatal. Sin embargo, su demanda nunca fue atendida directamente, ni por la gobernadora ni por algún integrante de su gabinete.
Su fallecimiento ha provocado indignación entre organizaciones defensoras de derechos humanos y usuarios de redes sociales, quienes acusan al gobierno de Veracruz de omisión y negligencia frente a una protesta que, advierten, pudo haberse resuelto antes de llegar a un desenlace fatal.
Colectivos y activistas locales han comenzado a organizar movilizaciones en varias ciudades del estado para exigir justicia y una investigación exhaustiva que aclare las circunstancias de su muerte.
«Lo abandonaron frente a los ojos del poder», expresaron integrantes de asociaciones civiles, quienes responsabilizan directamente a las autoridades estatales por no haber atendido la situación a tiempo.