La enigmática figurilla de Nampa: ¿un hallazgo imposible en el tiempo?

En 1889, durante una perforación para extraer agua cerca de Nampa, Idaho, los trabajadores encontraron algo que desconcertaría a la comunidad científica por generaciones: una diminuta figura humana tallada, similar a las que realizaban antiguas culturas, a más de 100 metros de profundidad. Lo sorprendente es que esta capa geológica pertenece al Pleistoceno temprano, con una antigüedad estimada de al menos 2 millones de años.

Un objeto fuera de lugar

La pieza, conocida como la “figurilla de Nampa”, muestra detalles sorprendentes: formas humanas definidas, proporciones anatómicas e incluso lo que parece ser ropa. Su existencia en un estrato tan antiguo representa un enigma para la arqueología tradicional, ya que según la ciencia establecida, los humanos no habrían llegado al continente americano sino hasta hace unos 15 mil años.

¿Error, fraude… o algo más?

Los escépticos han sugerido que pudo tratarse de una contaminación del pozo —es decir, que la figura cayera accidentalmente desde la superficie— o incluso que sea una falsificación. Sin embargo, nunca se ha demostrado ninguna de estas teorías con certeza, y la pieza sigue siendo objeto de debate más de un siglo después de su hallazgo.

¿Prueba de una historia oculta?

Para los investigadores alternativos, esta figurilla podría ser evidencia de una civilización humana o prehumana que existió mucho antes de lo aceptado por la historia oficial. Algunos van más allá, proponiendo que se trata de una de las tantas pruebas enterradas o ignoradas por la arqueología académica que podrían reescribir el pasado de la humanidad.

Sea cual sea la verdad, la figurilla de Nampa permanece como uno de los llamados “Ooparts” (objetos fuera de lugar), piezas que desafían el conocimiento convencional y que alimentan la posibilidad de que nuestra historia aún guarda secretos profundos bajo la superficie.