Llega un millon de objetos interestelar es a nuestro sistema solar desde Alfa Centauri

Un reciente estudio sugiere que hasta un millón de objetos interestelares, cada uno de aproximadamente 100 metros de diámetro, podrían haber llegado al borde de nuestro Sistema Solar desde el sistema estelar Alfa Centauri, ubicado a 4,2 años luz de la Tierra. Esta investigación, publicada en el Planetary Science Journal, propone que estos objetos podrían haber sido expulsados de Alfa Centauri y, tras un viaje interestelar, habrían alcanzado las regiones periféricas de nuestro sistema.

El hallazgo es sorprendente, ya que hasta ahora los únicos objetos interestelares confirmados que han visitado el Sistema Solar eran cuerpos individuales como 1I/ʻOumuamua y el cometa 2I/Borisov. Sin embargo, este nuevo trabajo propone que no solo podrían llegar grandes fragmentos de Alfa Centauri, sino que algunos ya estarían aquí. De ser cierto, estaríamos ante una oportunidad sin precedentes para estudiar restos de otro sistema estelar sin necesidad de enviar una sonda hasta allí.

Los autores del estudio, Cole Greg y Paul Wiegert, del Departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Western Ontario, Canadá, señalan que Alfa Centauri se mueve hacia nuestro Sistema Solar a una velocidad de 22 km/s (aproximadamente 79.000 km/h). En unos 28.000 años, alcanzará su punto más cercano, situándose a unas 200.000 unidades astronómicas del Sol. Este acercamiento relativo podría facilitar la transferencia de material entre ambos sistemas estelares.

Aunque la mayoría de estos objetos permanecerían en las regiones exteriores del Sistema Solar, es posible que algunos sean desviados hacia el interior debido a interacciones gravitacionales, aumentando la probabilidad de que lleguen a la Tierra. La detección y estudio de estos cuerpos proporcionarían información valiosa sobre la composición y características de materiales provenientes de otro sistema estelar, ampliando nuestro conocimiento sobre la formación y evolución de sistemas planetarios.

Este descubrimiento abre nuevas perspectivas en la investigación astronómica y plantea preguntas sobre la frecuencia y naturaleza de los intercambios de material entre sistemas estelares vecinos. Futuros estudios y observaciones serán esenciales para confirmar la presencia de estos objetos y comprender mejor su origen y trayectoria.