El cáncer le arrebató a su hijo, pero ella fundó Movimiento Luis Adrián, que lo mantendrá presente por siempre

Tampico, TAM -El amor de una madre hacia sus hijos es un preciado tesoro, por lo que harían cualquier cosa por su bienestar, mantenerlos sanos y felices, este es el caso de Adriana Brambila Brenist, quien en una muestra de homenaje a su pequeño hijo funda “Movimiento Luis Adrián”, para apoyar a padres con hijos que padecen cualquier tipo de cáncer a que su atención y lucha contra esta enfermedad sea más digna y plena.

A los tres años de edad Luis Adrián Bárcenas Brambila, le diagnosticaron Leucemia Linfoblastica Aguda, el cual es un tipo de cáncer hematológico y de la médula ósea que afecta los glóbulos blancos, es el tipo de cáncer más común durante la niñez y ocurre cuando una célula de la médula ósea presenta errores en su ADN, tras cinco años de lucha, lamentablemente este pequeño gigante perdió la batalla y ahora vive en el recuerdo de sus padres, familia y amigos más cercanos.

Tras su fuerza y valentía para enfrentar muy pequeño esta cáncer, su mamá y su señor padre Luis Bárcenas, forman este movimiento el cual está basado en apoyar a otros papás que tienen a sus pequeños hijos en una misma situación de salud, reiterando en dar esa mano amiga con algunos insumos que requieren de primera mano para su tratamiento.

“Hoy me mueve la memoria, la luz, la fuerza de mi hijo para apoyar a otros que están pasando por esta situación, mi hijo se transformó a otra vida, él sigue conmigo empujándome a que otros papás no pasen lo mismo que yo y que se ayude hasta donde se pueda para que no más infantes pierdan la batalla contra este cáncer, por eso Movimiento Luis Adrián, está dispuesto a dar lo mejor de sí mismo n cada caso que ellos puedan llegar”, señaló.

La madre de Luis lo recuerda como un niño sano, lleno de energía, amante del básquetbol, de la música y de la vida, su casa es una galería fotográfica donde guardas esos momentos de felicidad y porque no, también de tristeza, invalida por la nostalgia, mostraba sus roedores y sus balones del deporte en el cual se desempeño con mucha disciplina.

Adriana dijo que su hijo se marchó del plano terrenal, pero su corazón y sus ganas de seguir ayudando a otros niños como el, quedó más vivo que nunca, por eso con este movimiento buscarán dar vida y sonrisas a quienes estén bajo un tratamiento de quimioterapias y radiaciones.