El pasado sábado 07 de diciembre a las 19:00 una familia fue víctima de un asalto en la autopista Guadalajara – Zapotlanejo, poco antes de la desviación de la carretera que lleva hacia Morelia.
Las víctimas fueron interceptadas por sujetos armados que les cerraron el paso, identificándose como “miembros de un cártel”, llevándolos a una brecha, donde los despojaron de sus pertenencias. Lo innovador en este caso, es que los delincuentes iban equipados con terminales bancarias con las que vaciaron todas sus tarjetas bancarias.
En enero de este mismo año, un grupo de policías ministeriales que circulaba por autopista Puebla–Orizaba fue asaltado por delincuentes armados. En este caso, los asaltantes también utilizaron terminales bancarias para despojar a las víctimas del saldo de todas sus tarjetas, además de robarles sus pertenencias.
El pasado 27 de abril un hecho similar tuvo lugar en la autopista Puebla-Atlixco, a la altura de Santa Clara Ocoyucan, en dirección a Puebla, donde un par de jóvenes se vio obligado a detener su vehículo cuando este resultó dañado de una llanta, tras golpear una piedra que se
encontraba sobre la carretera. Tras orillarse, dos sujetos aparecieron de entre la oscuridad, exigiéndoles sus pertenencias y exigiendo que les entregaran sus tarjetas de débito y crédito.
Una vez apoderados de las tarjetas bancarias, los delincuentes vaciaron dichas cuentas con ayuda de una terminal bancaria portátil, para luego desaparecer con las pertenencias de las víctimas, tras haberles vaciado sus cuentas de banco.
El primer antecedente que se tiene de este modus operandi data de 2022, en carreteras de Piedras Negras y Monclova, en Coahuila y casos similares a los anteriores se han denunciado durante este año en la carretera Guadalajara – Colima (a la altura de la caseta San Marcos), en el Macrolibramiento de la carretera Guadalajara – Los Altos (a la altura de Lagos de Moreno) y en la carretera libre Arenal – Guadalajara.
En México la adquisición de terminales bancarias no se encuentra regulada y cualquier persona puede adquirir un aparato portátil por precios muy bajos, situación que ha sido aprovechada por los criminales para ampliar su abanico de víctimas