Desde el primer día de su “gobierno”, el presidente municipal de Matamoros Alberto Granados, da muestras de desconocer la ley y las convicciones del partido que lo postuló.
Violentando el precepto de la separación de la religión con el gobierno, ignorando que el estado mexicano es laico, convocó a un sacerdote para “bendecir” las oficinas del gobierno municipal de Matamoros.
Al permitir que se realicen actos de “su religión”, además de incumplir con la ley, ofende a quienes no comparten sus creencias, lo mismo por tener otras o por ser ajenos a las cuestiones religiosas.