–No sólo retiró a los maestros que estaban ayudando en esa humilde escuelita, sino que tampoco quiso apoyar con material al plantel y ahora recurre a la prepotencia y represión a que está acostumbrada
NUEVO LAREDO, Tamaulipas, 30 de agosto .— En un alarde de prepotencia, arrogancia y abuso de autoridad, como es su costumbre, la alcaldesa Carmen Lilia Canturosas Villarreal despidió este día al maestro de la escuela de la colonia Praderas del Mezquital, Efraín de la Cruz, por el simple hecho de haber aceptado apoyo de la ciudadanía en general y del club de periodistas Bravos de Nuevo Laredo para construir las primeras dos aulas del plantel que dirige, uno de los más necesitados y apartados de la mancha urbana.
La escuelita operaba con tan sólo dos paredes a medio construir, y de techo tenía una lona sostenida por un barrote donde los alumnos estudian soportando las inclemencias del tiempo, ante la ineficacia del gobierno municipal de dotarlos de la infraestructura adecuada, a pesar de que el Ayuntamiento tiene autorizados más de 5 mil millones de pesos para ejercer en obra pública este año.
“Lo que estamos haciendo, no lo estoy haciendo yo solo, lo está haciendo la sociedad civil, sin tocar al gobierno, esto es gracias a ustedes como periodistas y la gente que nos ha venido a apoyar, políticos, empresarios, personas altruistas, que se tomaron la molestia en venir”, mencionó el maestro despedido.
Con esta acción, la alcaldesa muestra una vez más su falta de sensibilidad a la necesidad del alumnado de Nuevo Laredo, y lejos de sumarse al llamado para construir las aulas, ordenó despedir al maestro que durante más de una década ha servido a ese plantel, en donde actualmente estudian 47 alumnos de primero a sexto grado, bajo la lluvia o las altas temperaturas.
A través de la prensa que tiene comprada, Carmen Lilia ha engañado a los neolaredenses de que recibe uno y otro premio como alcaldesa, sin embargo, acciones reprobables como la anterior demuestran que es una persona vengativa y falta de solidaridad a la necesidad de la comunidad, que abusa del poder para despedir a personas que lejos de recibir este trato, merecen un reconocimiento por su labor altruista, como el maestro Efraín de la Cruz.
“Aclaro que no fui yo el que inicié este proyecto, sino que la sociedad civil se tomó la molestia y la asociación Bravos de Nuevo Laredo vinieron y promovieron todo este evento, se hizo una invitación a la sociedad en general para que pusieran un granito de arena para estos pequeñitos”, agregó el maestro Efraín.
HISTORIA DE UN GOBIERNO REPRESOR
Fue apenas este lunes, 26 de agosto, cuando el club de periodistas Bravos de Nuevo Laredo, dirigido por el compañero Abisaí Jasiel Rubio Curiel, difundió en las redes sociales las condiciones paupérrimas en que estudiaban estos pequeños.
La noticia se hizo viral en las redes y de inmediato la sociedad civil se unió al llamado y entró en auxilio del maestro y junto con los comunicadores reunieron material necesario y la mano de obra voluntaria para empezar a construir las dos aulas que necesitan.
Esto molestó sobremanera a la energúmena alcaldesa, quien ordenó el inmediato despido del maestro, quien estaba incluido en el grupo de educadores que forman parte de la dirección de Bienestar Social.
“Yo creo que estamos muy mal en esta parte porque a lo mejor se le brinda apoyo a personas que no están haciendo nada, están en un lugar acomodaditos, pero yo los invito a que venga a ver como estamos aquí, yo siento que esto es una represalia de parte de ellos, un enojo, un coraje, porque durante 13 años que yo he estado, ningún gobierno me había dado de baja”, dijo el maestro De la Cruz, luego de ser notificado de que estaba dado de baja en forma inmisericorde de esa dependencia, que dicho sea de paso, hace unas semanas retiró a los maestros municipales que le ayudaban con la educación de los pequeños.
Y lejos de desanimarse por lo acontecido, este héroe de la educación lanzó su voz de lucha:
“Con todo respeto se lo voy a decir a este gobierno municipal: Con sueldo o sin sueldo yo voy a seguir aquí, voy a seguir apoyando a estos niños, y me voy a poner de acuerdo con mi director para ver cómo vamos a solucionar esto, no me voy a ir para abajo, le voy a dar para adelante”, señaló.
Estas acciones son las que molestan y causan indignación en la ciudadanía, porque la sociedad en general se ha dado cuenta cómo la alcaldesa derrocha el dinero del pueblo en sus gastos personales. En este año, ella se agenció la tronera de 300 millones de pesos para su oficina particular, y en las redes sociales sale haciendo gala de peinados ostentosos y vestimenta y calzado costoso, mientras que a este plantel no le puso atención.
Este día quedará para la historia y no pasará como la mejor alcaldesa, como consta en los reconocimientos que ella compra, sino como una alcaldesa represiva, indolente y con marcada falta de sensibilidad hacia los estudiantes que menos tienen y más necesitan.