Luis Pinete Gutiérrez, empresario restaurantero en Altamira, reporta que la mala calidad del agua ha impactado significativamente en su negocio y en otros establecimientos del sector.
Esta situación ha obligado a los restaurantes a incurrir en gastos adicionales, afectando sus ganancias y su operación diaria.
Para enfrentar el problema, los comerciantes han tenido que recurrir al uso de agua purificada en todos los procesos de cocina, lo que ha aumentado considerablemente sus costos operativos.
Pinete Gutiérrez mencionó que anteriormente usaban alrededor de 10 a 12 botellones de agua purificada por semana, pero ahora el consumo ha subido a 8 botellones por día.
La necesidad de utilizar platos y bolsas desechables también ha incrementado los gastos, ya que los restaurantes evitan lavar los platos con agua de mala calidad.
Cabe destacar que algunos establecimientos han tenido que cerrar temporalmente debido a estos desafíos.
La situación hídrica ha obligado a los restauranteros a buscar soluciones alternativas para mantener la calidad y la seguridad de los alimentos que sirven, mientras enfrentan un aumento del 20% en sus costos operativos en comparación con el año anterior.