Marko Cortés gritonea a Xóchitl Gálvez por reconocer la derrota

Es una realidad que en el proceso de la sucesión presidencial la esencia es la disputa por el poder y su punto culminante es el momento en el que se conocen los resultados de las votaciones. Todos los participantes desean el triunfo, pero sólo hay un puesto disponible. Las expectativas llegan a su fin con el triunfo o la derrota. Significa la euforia o la tristeza.

Lo que sucede después es casi inmediato. Quien triunfa recibe abrazos, reconocimientos, felicitaciones, su entorno se transforma en fiesta, aún sin proponérselo, aunque sean unos cuantos. Es una reacción natural, la gratificación que se recibe después de un largo trabajo político cansado, que parece no tener fin.

Al que recibe la derrota le pasa lo contrario. El silencio que precede a la soledad, alguna reflexión sobre las causas de la derrota. Un reproche por aquí, una culpa por allá. Si se trata de la reacción de un partido, la posposición de una autocrítica y el candidato, solo, asume el peso de no haber conquistado el poderSe refrenda que la derrota es solitaria.

En México recientemente llegamos al término de la primera disputa por el poder en el que centralmente figuraron dos mujeres, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. La primera obtuvo el triunfo, la segunda no. En este proceso muchos sucesos ocurrieron por primera vez. Así pasó con el reconocimiento, casi inmediato, que Gálvez hizo del triunfo de Sheinbaum. Así lo relata:

“Sale muy tarde el INE, casi a las 12 de la noche, ya llevaban más de 60 mil casillas en el PREP y no tenía 7 mil casillas para el conteo rápido y sí me sorprendió. En ese momento, yo digo perdí, pido que me comuniquen con Claudia y la felicito”.

“Hola, Claudia, ¿cómo estás? Felicidades por tu triunfo, ojalá realmente puedas hacer un México más justo, yo vi mucha violencia, mucho abandono, te deseo lo mejor para tu Gobierno”.

La candidata triunfadora capitalizó la llamada, Claudia Sheinbaum, tras ser reconocida por sus adversarios comenta a los medios: “Quiero agradecer a Xóchitl Gálvez Ruiz, candidata de Fuerza y Corazón por México, por su llamada que recibí hace unos minutos reconociendo el triunfo.”

Pasados diez días desde aquel suceso, Xóchitl Gálvez ofreció entrevistas al periódico Reforma, Grupo Fórmula y a Carlos Loret en Latinus. Relató cómo su decisión de felicitar a Claudia Sheinbaum desató una reacción violenta en su contra de parte de Marko Cortés, presidente del PAN.

Al respecto, comentó que Marko Cortés se enojó y le reclamó “con demasiado tono alto y fuera de lugar. Me gritó, me dijo que era indigno de mi parte felicitar a Claudia porque había sido una elección de Estado.”

Relata Gálvez que el ambiente en ese momento se puso tenso por los reclamos y gritos de Cortés y esa tensión subió cuando Juan Pardinas, integrante de la coalición, intervino en su defensa y le respondió con más dureza al dirigente del PAN, lo que intensificó el conflicto. “Sí se puso feo, le dobló la apuesta”. Los dirigentes del PRI y PRD permanecieron callados.

“Marko nunca entendió que ningún hombre me manda. Yo le dije que la decisión había sido mía en mi calidad de candidata.”

Recordó Xóchitl Gálvez que esa fue segunda ocasión en la que Marko Cortés la agredía. Contó que tras el primer debate electoral la reprendió severamente por considerar que su desempeño había sido deficiente y le dijo «los candidatos del PAN no pierden los debates”.

Comentó Xóchitl Gálvez que previamente al desenlace de las elecciones los dirigentes del PAN, PRI y PRD habían acordado fijar una postura consensuada al conocer los resultados. Pero la llamada que hizo a su adversaria fue en su calidad de candidata no a nombre de la coalición. “En una democracia se gana y se pierde y tenemos que aprender a perder.”

En entrevista con Ciro Gómez Leyva, explicó Marko Cortés que la felicitación de Xóchitl Gálvez había sido incongruente porque se enfrentaron a una elección de Estado. “No puedes felicitar a alguien que te acaba de pisotear. Tú felicitas a alguien que te ganó a la buena, pero no cuando te pisotean, cuando te avientan todo el Estado mexicano, cuando te difaman.”

Es cierto que lo vivido en el último año fue una campaña en condiciones de desigualdad. A la candidata Sheinbaum le sobraron los recursos financieros desde mucho antes de que las campañas iniciaran, fueron muchos los apoyos políticos que le otorgaron desde los gobiernos en manos de Morena y su principal difusor fue López Obrador.

También es cierto que la oposición, PAN, PRI y PRD a la que prácticamente Xóchitl Gálvez le arrebató la candidatura, no aportó los suficientes recursos financieros, escatimó la divulgación de spots en TV, no movilizó a sus militantes y los dirigentes de los partidos privilegiaron sus posiciones personales y de grupo en el Poder Legislativo.

Es justo reconocer el trabajo y compromiso político de Xóchitl Gálvez que ganó millones de votos que hoy tienen a esos mercenarios de la política en la Cámara de Senadores. Los gritos y los sombrerazos no resuelven nada. Ineptos como son están enterrando lo que queda de los partidos que los enriquecieron. Por último, los candidatos no son empleados de los partidos. Merecen respeto. Eso se llama educación y cultura. Se mama en la casa.