El proceso electoral está en marcha. La disputa por el poder, en términos reales, sucederá entre dos mujeres. Todo en este escenario es inédito. Tuvieron que pasar 70 años para que accedieran a la oportunidad de ser titular del Poder Ejecutivo Federal.
Son dos mujeres que hacen política, pero también son profesionistas, esposas y madres: No debería extrañar que algunas de las formas tradicionales de hacer propaganda cambien.
En la política existen reglas no escritas que los actores observan y acatan. Una es no involucrar a la familia, particularmente a los hijos, en los procesos de campaña. Eso empieza a cambiar por decisión de las candidatas – madres
El pasado 28 de noviembre conocimos que Claudia Sheinbaum asistió al Cine Metropolitan a la exhibición de un documental que relata su biografía. Fueron 40 minutos en los que se relata su vida, con videos de archivo. La producción fue titulada “Claudia: El documental”. Fue realizada por su hijo Rodrigo Imaz. Es posible que este hecho fuera interpretado como un mensaje sobre un cambio en las reglas que mantenían al margen a los hijos de la dinámica de las campañas.
En el evento en el que Xóchitl Gálvez dio a conocer la integración de su equipo de campaña incorporó a 22 políticos representativos de los partidos PAN, PRI, PRD, y algunos personajes de la sociedad civil. Destacó el nombramiento que hizo de su hijo Juan Pablo y su hija Diana como participantes activos en su equipo. Significa que el mensaje había sido recibido. Si ella puede y promueve a su hijo, yo también lo hago.
La hija de la candidata, Diana Vega Gálvez, se encargará del equipo de los “Xochilovers”. Es un grupo de colaboradores que incluye estrategas, creativos, ilustradores, redactores, productores, ingenieros especializados en tecnología, programadores, gerentes de proyecto y producto. “Estamos convencidos de que el anonimato nos fortalece, nos permite concentrarnos y, sobre todo, permite que el enfoque y el proyecto sea Xóchitl es lo mejor para México”.
El grupo “Xochilovers” fue creado para recolectar las firmas que llevaron a Xóchitl Gálvez a la candidatura del FAM. Actualmente se organizan a través de redes sociales para apoyarla o para atacar y criticar a sus adversarios con mensajes masivos. Según dicen, hoy el grupo supera el millón de simpatizantes, configurando un fenómeno que rebasa las practicas partidistas.
El hijo de la candidata, Juan Pablo Vega Gálvez, será el encargado de crear una red nacional de jóvenes para apoyar la candidatura de Xóchitl Gálvez. La tarea la tendrá que realizar, por lo breve de los tiempos electorales, principalmente por medio de las redes sociales, a las que acuden por información los jóvenes en edad de sufragar. Según el INE el electorado joven se ubica entre los 18 y 29 años, actualmente es un grupo poblacional de más de 25 millones de electores. Es el que registra el mayor índice de abstención. Representa el 30% del Padrón. Este es el grupo que estaba siendo cautivado en redes sociales por Samuel García y su esposa Mariana Rodríguez.
Según la ley electoral la campaña por la presidencia inicia terminando enero. La etapa actual es de preparación. Lo realizado por Xóchitl Gálvez no es atractivo, da la impresión de que su empuje inicial, de hace algunos meses, se frenó por causa de los partidos que la rodean, significan más una carga que un impulso. Los dirigentes del PAN, PRI y PRD se ocuparon en las semanas anteriores en repartirse el segundo piso electoral, gubernaturas, diputaciones federales, senadurías y los más de 20 mil puestos de elección popular que estarán en disputa en 2024.
La percepción es que Xóchitl Gálvez se quedó sola y que su “Chispa” se apagó, que las relaciones con el PRI no son gratas, según sus comentarios, que cuando los adversarios la atacan la dejan sola sus partidos soporte y tampoco se nota la acción de su “Cuarto de Guerra”. Obligada por las circunstancias, tuvo que integrar un equipo de campaña en la que sobran expertos en perder elecciones y es poca la presencia de la sociedad civil que la empujo, a pesar de los partidos.
El equipo de campaña de Xóchitl Gálvez no transmite emoción, compromiso y pasión para alcanzar el poder. La incorporación de sus hijos envía el mensaje de que no tiene en quien confiar y por eso los suma a su campaña. Argumenta que son trabajadores, jóvenes que desean un cambio en México, pero los somete al riesgo de la agresión de sus adversarios, no los que están a la vista, los enmascarados que tiran la piedra y esconden la mano. La presencia de sus hijos estará sujeta al escrutinio y la investigación de sus acciones. Su privacidad se desvanecerá. Y será planteada la sospecha de que en el camino “algo” obtendrán. La política es perversa y ella debería saberlo.
Hoy presentó al equipo que se encargará de organizar foros para supuestamente dialogar con la ciudadanía sobre la posibilidad de construir un mejor país. Destacan entre los organizadores los mismos de siempre. Los que han estado en los partidos, que antes fueron funcionarios públicos y demás. La mayoría asentados en la CDMX, como si en el país no hubiera nuevas gentes con ideas precisas de como cambiar cada realidad local especifica. Universidades, empresas, sindicatos, organizaciones agrarias y demás, que deberían dar las respuestas de cómo construir un mejor México.
Los actos dicen más que las palabras y el mensaje Xóchitl Gálvez, según sus actos, es que ya perdió el rumbo y se le escapa la oportunidad de ser la primera presidenta en la historia de México.