La candidata de Morena Claudia Sheinbaum recientemente dio a conocer la integración de un equipo de trabajo que tendrá el encargo de captar y proponer las ideas que desemboquen en la integración de lo que podría ser su Plan de Gobierno.
En total son 16 los integrantes, la mayoría con importantes logros y méritos académicos, políticos, empresariales y culturales. Serán coordinados por el doctor Juan Ramón de la Fuente en lo que se llamará “Diálogos por la Transformación Encuentro con la Sociedad Civil”.
El evento se realizó no solo para cooptar a estos personajes, también fue útil para para sumar a quienes saltan de un partido a otra opción política más conveniente para sus intereses.
Llamó la atención la presencia de dos exgobernadores que recientemente renunciaron a sus partidos y ahora aparecen en los eventos de Morena, en el marco de la campaña de Claudia Sheinbaum.
Javier Corral Jurado, gobernador de Chihuahua hasta 2021. Fue diputado federal, senador y militante del PAN por 41 años, partido al que renunció el pasado 7 de noviembre. Al saltar del partido dijo: “El PAN que nos convocó ya no existe, es solo un recuerdo, una entelequia”. Lo invitó la candidata para organizar los foros sobre Combate a la Corrupción y la Impunidad.
La figura de Javier Corral en el evento de la candidata de Morena y el papel que se le está asignando rompe con el discurso insistente de López Obrador de que su gobierno no es igual a los anteriores.
El exgobernador de Chihuahua durante su administración fue un detractor de las políticas de López Obrador. Se enfrentó a él con motivo del pago de la cuota de agua que el gobierno federal debe pagar a los Estados Unidos. Corral reprochó que se pagara cuando en su estado había sequía. Hubo enfrentamientos con las autoridades federales que desembocaron en la muerte de un agricultor.
Corral fue un activo participante en la coalición de gobernadores panistas que surgieron como oposición al gobierno de la 4T. En el contexto de la pandemia se unió a la Alianza Federalista que acusó al gobierno federal por el mal manejo de la crisis sanitaria y económica.
En el evento también estuvo, como invitado, el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat, quien presentó, el 17 de noviembre, su renuncia al PRI, con carácter irrevocable. Explicó que renunciaba porque ya no podía formar parte de algo que no va con él como persona ni como político. En su opinión, “lo que menos necesita México en estos momentos es la política del miedo y del odio como estrategia electoral para ganar una elección. Nos encontramos ante la disyuntiva de elegir participar entre la política del cinismo o la política de la esperanza“. Anunció la creación de la Alianza Progresista Por México. Se ha declarado a favor de los ideales que representa Claudia Sheinbaum de cara a las elecciones de 2024.
Alejandro Murat es hijo del también exgobernador José Murat, connotado militante del PRI que ha sabido acomodarse en los diferentes giros de la política para mantener su vigencia y conducir a su hijo a altos puestos de la administración pública, hasta que llegó a la gubernatura de Oaxaca. Pertenece a las filas mas rancias del PRI lo que implica un sentido de ubicación más allá de cualquier lealtad política. Configuran parte de la vieja estirpe del PRI, de la que tanto reniega López Obrador.
Fue comentario abierto y frecuente sobre Alejandro Murat, cuando fue gobernador, que su actitud servicial y deferente hacia López Obrador lo calificaba mas como un gobernador de Morena que como uno emanado del PRI.
La incorporación de facto de los exgobernadores Javier Corral (PAN) y Alejandro Murat, (PRI) a la campaña de Claudia Sheinbaum, envía un mensaje de incongruencia a la militancia de Morena, que otorga credibilidad al discurso de López Obrador de que su gobierno no es igual a los anteriores, pero se nutre de los cuadros que saltan de un partido a otro, arrebatándoles las oportunidades que consideran propias.
La presencia de los exgobernadores descalifica los llamados a la unidad en los que insiste Claudia Sheinbaum porque no fueron leales con sus partidos de origen y en consecuencia, son capaces de traicionar los “principios” de Morena, como hicieron en el pasado Lilly Téllez, Carlos Urzúa, Germán Martínez, Santiago Nieto, y otros.
Hoy Claudia Sheinbaum lleva a la práctica lo que antes hizo López Obrador, que se dedicó por años, pero sobre todo en su última campaña, a incorporar a su causa a todo el “cascajo” de los otros partidos, sin importar signos ideológicos y valorando sólo lo que la praxis le indicaba, aunque después lo tuviera que enviar al cesto de basura. Sumar, sumar, para después, restar, restar. Y la militancia real, bien, gracias.