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La enorme culpa fue de Venustiano Carranza que en 1915, al tomar posesión de las fuerzas navales del país, designó Armada Nacional a la hasta entonces Marina de Guerra. El brazo marítimo de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos Mexicanos (EUM), que después de 1991 se decretó cada 23 de noviembre, se celebre a tan distinguida institución.

Por tanto, la Secretaría de Marina, a través de la Primera Región Naval llevó a cabo la ceremonia conmemorativa a los festejos del CXCVIII Aniversario de la Armada de México, en un acto presidido por el Vicealmirante Gabriel Pablo González Contreras, Comandante de la Primera Región Naval en compañía de autoridades navales, civiles y militares, quienes engalanaron la ceremonia que tuvo lugar en Cd. Madero, Tamaulipas, donde se dio lectura a la reseña de los acontecimientos históricos de la hazaña de personal naval que logró la rendición de la Fortaleza de San Juan de Ulúa, Veracruz; donde se refugiaba el último reducto español que se negaba a reconocer la Independencia de México.

En esta significativa fecha, la Secretaría de Marina-Armada de México (SEMAR), recuerda con orgullo que la Independencia de México se consolidó en el mar, el 23 de noviembre de 1825, cuando después de arriar su bandera, los españoles abandonaron la Fortaleza de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz y una vez que las fuerzas mexicanas tomaron posesión de ella, se izó el lábaro patrio acompañado de una salva de honor.

Esta hazaña es digna de celebrarse gracias a la valentía del pueblo mexicano y de personajes como el Capitán de Fragata Pedro Sainz de Baranda y Borreyro y de sus marinos, quienes mostraron un compromiso inquebrantable con la nación y la defendieron hasta lograr la victoria.

Cada 23 de noviembre, “Día de la Armada de México”, el personal naval honra la memoria de quienes contribuyeron a que el Pabellón Nacional ondeara en lo alto, anunciando desde el mar la Independencia Nacional y exaltando los valores que llevaron hacia la victoria.

En la intimidad… Tremendo alboroto causó Juvenal Hernández Llanos, exalcalde priísta de Altamira, en el sur de Tamaulipas, y ex primer caballero de la ciudad durante la administración en la que su esposa Alma Laura Amarán, sirvió a los altamirenses.

Altamira, que tiene brechas, balastro, vasos lacustres, vías ferroviarias, terminales marítimas de gran calado, pistas clandestinas y mucha bota, sombrero y cinturón piteado; le robó la atención al resto del estado, no solo porque se registró un ex comando priísta en los tiempos de Eugenio Javier Hernández Flores, no, sino por lo que representa Juvenal y los políticos que le rodean.

Por consiguiente gane o pierda, se reelija o no, está claro que la presencia Hernández Llanos indica que Armando Martínez Manriquez es más fuerte de que lo parece, y es que nadie cree que Juvenal salió para jugarle al tío Lolo.

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