Al descubierto: Hamás revela su rostro terrorista

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La violencia desatada por las acciones genocidas del grupo terrorista Hamás el pasado 7 de octubre en las poblaciones israelíes aledañas a la Franja de Gaza y en todo el territorio israelí por medio de más de 3000 misiles que resultara hasta el momento en casi 1000 muertos, 2500 heridos y docenas de civiles secuestrados, ha puesto en jaque diversas concepciones generalizadas y erróneas que han transitado en la opinión pública por décadas.

Veamos. Empecemos por dilucidar que la Franja de Gaza, de la que Israel se retirara en 2005 y que desde 2007 es gobernada en forma autocrática y despiadada por el grupo fundamentalista islámico Hamás, se ha convertido en una base para las acciones terroristas de dicho grupo que tiene secuestrada a su población civil a la que utiliza como escudo durante sus incursiones y acciones en contra de Israel.

En efecto, su Carta Fundacional incluye como su objetivo central la destrucción de Israel y la imposición de un estado musulmán extremista en su territorio, sin ninguna posibilidad para la coexistencia con otras religiones.

En efecto, en Gaza Hamás ha impuesto un sin fin de impedimentos islámicos, incluyendo prohibiciones de conciertos y festivales musicales, restricciones en la vestimenta y trato discriminatorio contra las mujeres, acciones que contradicen notoriamente las supuestas posturas progresistas de aquellos que apoyan incondicionalmente a esta camarilla de fanáticos.

Las incursiones terroristas por parte de los integrantes de Hamás y de sus aliados de Yihad Islámico, una organización extremista similar que también habita dicho territorio y que así mismo está obsesionada con la destrucción de Israel, son constantes.

Es por ello que Israel se ha visto forzada a protegerse y defender a su población implementando medidas de seguridad que lamentablemente fallaron en esta ocasión. A pesar de que los ciudadanos de Gaza no pueden entrar o salir libremente de Israel, sí lo pueden hacer a través de Egipto, país con el que la Franja colinda.

Es por ello que no hay ninguna razón para describir a Gaza como una cárcel y si hay muchas para culpar a Hamás por intimidar a sus millones de habitantes, quienes no pueden levantar la voz y rebelarse en contra de los muchos abusos y libertad de movimiento que sufren a manos de estos delincuentes.

Lamentablemente, desde 2007 Hamás y los países que la apoyan, empezando por Irán, en vez de sentar las bases para la fundación de un estado palestino, conviviendo lado a lado con el estado judío, como lo establecen distintos planes de paz, han invertido billones de dolares en ayuda financiera y política para construir una base terrorista menoscabando el bienestar de sus ciudadanos así como cualquier perspectiva de paz a futuro.

Por añadidura, como ha quedado más que claro durante esta confrontación, Hamás considera a todo ciudadano israelí, mujeres, hombres, niños o ancianos, blancos, legítimos contra los que puede desatar acciones inhumanas y salvajes, ultrajando todo indicio de dignidad.

La multitud de videos, fotos, testimonios que han salido a la luz pública muestran con toda contundencia que no se trata de un conflicto militar regular que se atiene a protocolos y tratados internacionales, sino a acciones brutales de grupos terroristas cuya meta principal es causar el número mayor de víctimas sin ninguna contemplación moral o humana.

Por ende, cualquier pronunciamiento público que intente comparar o exigir un comportamiento similar entre el ejército de Israel y Hamás está basado en premisas falsas. Estamos hablando sin tapujos de crímenes contra la humanidad por parte de este grupo.

Finalmente, los desarrollos en Gaza cambiaron, por lo menos a mediano plazo, las perspectivas de paz en la región y en el mundo. Los Acuerdos de Abraham entre Israel, los países del Golfo y Marruecos, que capturaran la imaginación y los corazones de tantos en muchas latitudes por sus amplias posibilidades concretas de intercambio comercial, tecnológico y humano entre dichas naciones, con oportunidades de expandir el círculo de la paz y eventualmente transformar en forma positiva la dinámica del conflicto palestino-israelí, no podrán proceder con la misma velocidad y agilidad de hace unos días.

Tampoco el acuerdo de Israel y Arabia Saudita que estaba en puerta y que por el momento ha sido descarrilado.

Sin dudas, Medio Oriente puede arder en cualquier momento si Irán y sus secuaces avanzan con sus intenciones de enfrentarse a Occidente. Es indispensable entender el peligro que el gobierno de los mullas representa no solo para la región sino para el mundo en su conjunto.

En la propia América Latina recordemos los dos atentados en Buenos Aires por Hezbollah, con la bendición de Irán, en 1992 y 1994. Y muchos latinoamericanos desde México a Chile forman parte de los rehenes secuestrados por Hamás durante este último ataque contra Israel.

Grupos terroristas como Hamás, Yihad Islámica y Hezbollah, con el aval iraní, no entienden de compromisos ni de acciones medidas, ya que su objetivo único es la destrucción absoluta del enemigo. Por ende, hay que eliminarlos de raíz para que no continúen sembrando el caos y la destrucción.

Es por ello que en los próximos días, Israel estará dedicado a legítimamente defender a sus ciudadanos, proteger sus fronteras, liberar a los rehenes y dar un golpe certero al terrorismo.

Solo así podrá reconstruirse un futuro horizonte de paz y de convivencia en la región.