Pánuco,Ver.- La azúcar insumo clave para la preparación de aguas frescas, sufrió un incremento drástico en su precio, lo que ha de haber llevado afectaciones a los comerciantes dedicados a este giro que han incrementado $5 en sus productos.
El conocido comerciante Eric Aguilar, que oferta exquisitas aguas frescas en la zona centro, admitió que el costo del producto dulce, se disparó de una manera contundente dando a conocer que en su caso compra sacos de 50 kg de este insumo que actualmente tienen un costo de 1450 pesos.
Dijo que hace apenas tres meses el precio del endulzante se encontraba en $900 es decir prácticamente aumentó en este lapso de tiempo 550.
En tanto las tiendas de abarrotes a menudeo la azúcar se consigue actualmente en un promedio de $30 el kilo cuando hace algunos meses estaba en 18 por lo que en saco o en kilo los aumentos están imparables.
Puntualizó que tiene que realizar la compra de este saco cada tres o cuatro días, al ser temporada de jobo, refirió que lo tiene que adquirir cada tres días porque esa fruta tropical es muy ácida y consume más azúcar.
Explico que fueron paulatinos los aumentos pero considerables al indicar que de 900 subió a 1200, y después a 1350 y actualmente está a 1450.
Ante ello ha buscado alternativas realizando compra directa con algunos productores que conoce, ya que es muy alto el actual precio de este insumo, que admitió es el más alto en su historia de más de tres décadas como comerciante.
Indicó que la situación fue tan complicada que los dedicados al giro de las aguas frescas se vieron obligados a incrementar $5 pesos sus precios y actualmente un litro de agua está en 45 y el medio en 25.
Agregó que no solamente se trata del azúcar de en forma concreta ya que las frutas también han subido su precio de forma considerable está pasando la temporada de piña, el melón también.
El conocido comerciante refirió que les preocupa mucho que se pueda recortar el periodo de zafra, porque esto afectaría severamente la economía de todo el municipio esto por la situación de la sequía.
Por Francisco Javier Díaz