«A mí me tocó vivir el primer caso en México de pornografía de venganza», recuerda Michelle Vieth. No busca que sus palabras se malinterpreten, no lo dice como si tratara de un título pretencioso ni mucho menos que la compadezcan por ello. La actriz se reconoce como una mujer víctima del arrebato de una expareja que intentó mancillar su reputación casi dos décadas atrás.
La actriz de melodramas como Mi pequeña traviesa y Soñadoras se refiere a uno de sus momentos más íntimos y crudos, aquel video sexual que se filtró en 2004 cuando se encontraba en pleno divorcio de su entonces esposo, el también actor Héctor Soberón.
Michelle ha sido señalada, juzgada y, por supuesto, ha sufrido por la situación. Pero en 2017 decidió que era momento de detener ese abuso tanto de la prensa como de quien fue el autor de esa filtración. La actriz señaló a su expareja y emprendió acciones legales para defenderse de la pornografía de venganza.
Vieth tiene un par de años tratando de que Soberón sea llevado ante las autoridades por este delito. No tiene pruebas de su culpabilidad pero asegura que aquellas imágenes filtradas fueron parte de momentos de intimidad que ambos compartieron. Si bien no ha logrado ninguna resolución a su favor, sí ha podido hacer algo más para que otras personas puedan defenderse ante una pesadilla similar.
«A mí me tocó vivir el primer caso en México de pornografía de venganza. En su momento el internet no era legislable y no había leyes que como mujeres nos protegieran, hoy en día existen, las hay y todos los días se está trabajando para que existan más leyes que nos protejan y creo que algo que yo tengo muy claro es que si yo fui la primera, aunque suene pretencioso, también me gustaría ser la última», dice la actriz en el programa Confesiones de Aurora Valle.
La actriz es una activa promotora de la iniciativa de Ley de pornografía de venganza, una que vendría a complementar la Ley Olimpia (reconoce la violencia digital y sanciona los delitos que violen la intimidad sexual de las personas a través de medios digitales). La pornovenganza consiste en la publicación no permitida de imágenes o grabaciones de carácter sexual que normalmente se realizaron y se compartieron bajo la intimidad de una relación, y que una vez terminada esta, se han difundido por la red con el objetivo de dañar o chantajear a la víctima.
«Desafortunadamente a cada rato vemos estos casos. Como lo dije y cuando me lo han preguntado, lo reitero, si no soy yo quien logra esta lucha, si no soy yo quien logra que se apruebe esta ley, serán mis hijos quienes continúen esta lucha», dice la también conductora.
Su lucha, como la llama, comenzó en 2015 «con pasos cortos pero firmes» (algunos estados han incluido en sus códigos penales esta figura). «A nivel federal la Ley de pornografía de venganza no está aprobada, estamos buscando la aplicabilidad, que un equipo de profesionistas se sume a la causa y que las personas que estén de acuerdo con esta ley se hagan presentes para que se logre la aplicabilidad de la ley en la república completa. Para evitar que nuestras hijas o hijos o futuras generaciones les pueda pasar».