Hace casi 30 años que no se vivía un escenario como este en relación al plantón y paro indefinido de labores que propició la Sección 30 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación en Tamaulipas. Según el historiador Baldemar Mijangos Arredondo en 1996 fue la última vez, antes de esta, que la vida estudiantil de nivel básico estuvo en problemas, incluso, Josué Picazo, cronista de Tampico apuntó que el 95 por ciento de los alumnos en el Estado no tuvieron clases en aquel movimiento magisterial que también se sufrió en Guerrero y Michoacán.
Hoy es Arnulfo Rodríguez Treviño, líder de la Sección 30 el que encabezó un movimiento doloroso, atinado para ellos, puntual en su posición como Secretario General, pero absolutamente impactante para la vida política y económica de Tamaulipas; no digo estudiantil, porque seguro los maestros comprometidos y entregados a la formación de sus alumnos están encomendando lecturas o trabajos especiales para que no pase el tiempo en vano. Ya sé, yo tampoco lo creo.
En 1996 la demanda magisterial era sobre la exigencia del 100 por ciento de incremento salarial, 90 días de aguinaldo y 30 de pago de prima vacacional, además, el sindicato presionó a los gobiernos locales con más de 300 peticiones específicas, y finalmente ganaron los maestros.
En Tamaulipas seguramente va a suceder lo mismo, es más, Lucía Aimé Castillo Pastor, secretaria de Educación en Tamaulipas, ya debió haber renunciado desde el pasado martes, incluso, antes de que el profe Arnulfo les diera una cátedra de política, liderazgo, responsabilidad y afronte de consecuencias; pero no, Lucía asesorada por no sé quién orilló al gobernador a decir que la culpa de todo lo que demanda la Sección 30 del SNTE es responsabilidad de la SEP, y así la lluvia de culpas que se pudieron evitar si Castillo Pastor renunciaba desde las primeras horas del martes que el SNTE tomó los Comités Regionales de Educación, reprobada.
La política humanista de Villarreal Anaya, está, bueno, hasta antes de que Lucía provocara esta severa crisis, el gobernador estaba ocupado en otros temas de mayor calado, pero ahora toca tomar una decisión, presionar a la federación o quitar a Lucía del camino para que el diálogo fluya por el bien de los niños y todos en Tamaulipas… el tiempo apremia y una crisis al recién electo coordinador nacional de la defensa de la 4T, no le va a gustar este conflicto.
En la intimidad… Por cierto ¿Cuántos años de prisión o miles de pesos le pueden costar al líder Arnulfo Rodríguez Teviño por negarle la educación a los niños de Tamaulipas? Quizás Héctor Joel “Calabazo” Villegas González, secretario General de Gobierno lo sepa… ¿y de salud cómo andamos?
@dect1608