Altamira, Tam.- un grupo de mujeres de la Unidad Agrícola Industrial de la Mujer del ejido Benito Juárez se quejan del despojo de un terreno y local que se les adjudicó desde 1968.
María Cristina Gallegos Hernández, socia fundadora, explicó que el ejido vendió su salón de actos y ahora pretenden apoderarse del local que las socias han utilizado durante años para diversas actividades.
«El ejido alega que es propiedad de ellos ignorando la adjudicación que se hizo desde aquellos años».
Aseveró que los ejidatarios demandaron a las socias cooperativistas por despojo y que en dicha denuncia, ellas salieron victoriosos, «ellos ignoran ese resolutivo y aún así quieren apropiarse de ese terreno».
Señaló que hace un par de meses los ejidatarios rompieron los candados y se apropiaron del local que tienen, el cual anteriormente utilizaban para una panadería.
Incluso, al apoderarse del inmueble, ya han realizado dos asambleas, «ellos se quedaron sin local, vendieron su propio salón de actos y las tierras que tenían. Ya no tienen nada y ahora quieren apoderarse de lo nuestro».
Responsabilizan al comisariado Enrique Báez Nieto, quien junto a otros ejidatarios vulneraron los cerrojos del local.
Aseguran que lograron recuperar el local, pues ahí tienen mobiliario que utilizaban para la panadería.
Aseguran que tienen toda la documentación que los ampara y aún así, insisten en despojarlas, «ellos no tienen ningún documento que los ampare, nosotros sí tenemos».
«Ellos ve dieron su propio salón de actos, se embolsaron el dinero y se quedaron sin nada».
Señala que son 5 socias, varias más renunciaron porque dice, el ejido las ha estado hostigando, «desde el 2008 que tuvimos la demanda de despojo y que les ganamos, se han ido saliendo porque es un gasto económico, moral y anímico.
Este lunes por la mañana, las socias buscaron a las autoridades municipales a fin de que les brinden el apoyo para dejar de estar en la incertidumbre ante los ataques de los ejidatarios.
Gallegos Hernández, puntualizó que en todos los ejidos hay Unidades Agrícolas Industriales de la Mujer, afirmando que ya sólo ellas quedan en pie, «porque en todos los ejidos las han desaparecido los ejidatarios».
El terreno que utilizan tiene un área de 500 metros cuadrados, y es allí en donde hacen sus asambleas, siembran y hasta contaban con una panadería, la cual tuvieron que dejar de operar debido a las ataques de los comisariados.