Poder compartido: catapulta al fracaso

Durante su segundo mandato 2002-2004 en Altamira, Juan Genaro de la Portilla Narváez, en una ocasión señaló; «El poder no se comparte», haciendo alusión a que, quién manda es la cabeza y no los cercanos, háblese de familiares, amigos y hasta arribistas.

Son palabras célebres de un político que logró en dos ocasiones la presidencia municipal de Altamira y una diputación local.
Ahora bien, lo anterior definitivamente es un dicho que a muchos, sin darse cuenta los ha afectado o beneficiado.
Como ejemplo, el ex gobernador panista, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, compartió el poder con su hermano. Se dividieron los poderes. Tal y como si una mula jala para el norte y otra para el sur.
No se dió un gobierno focalizado. Un gobierno con dos jefes.
Recordemos, Manuel Cavazos Lerma, nunca soltó las riendas, aunque finalmente el priísmo que estaba en la cúspide del poder, no le permitió opinar sobre la sucesión. Fue Tomás «No se diga Más» y, el matamorense, pese a caer a prisión y permanecer en ella, tuvo la capacidad de decidir a quién dejaría. Fue Eugenio Hernández, quien indudablemente arrasó, sobre todo por el voto femenino.
La decisión consecuente no le favoreció a Eugenio, la oleada de violencia que inició en el estado hizo que se desestabilizara el control político.
La decisión fue el Dr. Rodolfo Torre Cantú, quien prometía y con promesas creíbles, recomponer el rumbo de Tamaulipas.
Pero el 28 de junio del 2010, a sus 46 años de edad y en plena campaña política, a unos días de la elección, es asesinado en los márgenes de la capital tamaulipeca.
Durante el cortejo fúnebre, su hermano Egidio Torre al tomar la palabra, se ganó la sustitución. «Mi hermanito», fue la palabra clave que hizo a las altas esferas priístas decidir de inmediato que sería Egidio. Ya no había tiempo. La elección estaba encima.
Egidio Torre, en un principio compartió el poder con su padre Egidio Torre López.
El espiral de violencia se agudizó en todo el estado, un estado sin control. Un estado de hartazgo que definitivamente fue factor fundamental para que se diera transición en Tamaulipas.
Francisco Javier García Cabeza de Vaca empezó a gobernar con el pie derecho, pero en 2018, una vez que su hermano Ismael García Cabeza de Vaca llegó a la Cámara Alta por la vía plurinominal, (porque perdió en la elección), el poder empezó a compartirse.
Bien dice la frase proverbial; «Que tu mano derecha no vea lo que hace tu mano izquierda».
El Gobernador Cabeza busca la sucesión de López Obrador, ya hay espectaculares en varias ciudades de la entidad, además, su participación en redes sociales se ha acentuado.
Sin embargo, los mensajes que le dejan en «cola» no son muy agradables, es más, reiteran el desprecio. Muy pocos lo felicitan e impulsan. Acaso busca la presidencia de la República para compartir con el hoy senador el poder.

DIMES Y DIRETES
En contra parte, el alcalde que el poder lo volvió ‘loco», fue Andrés Zorrilla Moreno, se creyó faraón, se le subió el poder a la cabeza. Se autonombraba «Tony Stark, sus cercanos lo vitoreaban y eso llenaba su ego.
Se mareó al subirse aún ladrillo.
De ser Presidente del Consejo de Empresariales de Madero en donde pocos lo «peleaban» se sacó la lotería con la oleada cabecista al ser elegido alcalde de Ciudad Madero.
Se creía intocable, todo poderoso… un Dios.
Si administración fue una de las peores de la urbe petrolera. Su imagen era más importante que el pueblo. Mientras sus colaboradores saqueaban todo lo que podía. Él se entretenía en el espejo.
Le valió hasta el divorcio, su mujer lo dejó.
Su matrimonio ya estaba deteriorado en plena administración. Los excesos a final de cuentas lo dejaron solo.
Ahora enfrenta dos denuncias penales por fraude. Sus «aduladores» ya ni lo conocen.
Le saca vuelta a los medios, ya no es como antes, que le gustaba la figureada .
Hoy una cámara, es su peor enemigo. No quiere saber nada, está a un paso de la cárcel. De lo contrario, tendría que pagar los 2 millones de pesos a la constructora que defraudó.
Entre otros temas, nos confirman que la Maestra Magdalena Peraza Guerra ya se recupera y que muy probablemente, el fin de semana podría ser dada de alta.
Quedará como nueva, de paquete. Lista para retomar el tema de la candidatura a la tercera presidencia municipal.
Se dice que el Movimiento Ciudadano la espera.
Cuando el río suena, es que agua lleva…

Por hoy es todo.
No olviden compartir