Tampico.- Luego de que en el mercado Manuel Ávila Camacho no hay suficiente iluminación ni velador para resguardar el lugar, además de que el techado representa un riesgo ya para los comensales, locatarios de esa central de abastos que sirve también como sitio de recreación turística y familiar piden al Ayuntamiento su pronta intervención para seguridad de quienes allí trabajan pero sobre todo de quienes allí concurren.
Roberto Márquez, líder de los locatarios en ese mercado, informó que tienen ya varios meses con lámparas y focos fundidos tanto en el interior como en el exterior del lugar.
«Pegado al canal, en el área de comidas hay unas velitas pero no todas sirven y las que sí alumbran muy poco», señaló.
El entrevistado agrega que hay unas balastras pero la mayoría no sirven Tampico.
Los negocios de comida no pueden trabajar cuando empieza a oscurecer pues dicen es peligroso.
Adentro del mercado, señala, hay focos fundidos que hace meses reportaron a la Dirección de Mercados pero sólo trajeron unos focos usados que ya no duraron mucho.
«Es prioritario que haya iluminación así como velador pues lo que tenemos son vigilantes quienes sólo trabajan de día y muchas veces sólo vienen y abren a las 6 de la mañana y se van y dejan el mercado sólo y abierto y aunque los locales están cerrados luego se meten delincuentes y hacen de las suyas», recalcó.
Dijo que es importante la presencia de un velador que resguarde el lugar de noche pues vigilancia policiaca casi no hay.
Roberto Márquez hizo el llamado urgente a las autoridades municipales para que intervengan en lo anterior pero además que inviertan en el rechazo pues se cae a pedazos y pone en riesgo la seguridad de los comensales.
«Ya hemos hecho la petición varias veces y no hemos sido escuchados. Luego llueve y las mesas y sillas de mojan y se rompen y ya sin pérdidas para el locatarios además de que a veces la lluvia se viene y los clientes tienen que quitar corriendo la mesa y sus comidas para que no se moje y eso no puede suceder más «, aseveró.
Señalan que ellos sienten que son «el patito feo» de todos los mercados pues nunca reciben apoyo y piden que sino es por ellos lo hagan por los clientes y turistas para que no se lleven una mala imagen del lugar.