Feminicidios y muertes violentas de mujeres en Tamaulipas

Ninguna muerte, bajo ninguna condición, es justificable, máxime si es por razones de género u odio.

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(Situación actual a Octubre 2022)

 

Por Luis Alberto Rodríguez Juárez

En días pasados, desde su curul, la Senadora de MORENA por Tamaulipas, Guadalupe Covarrubias Cervantes acusó que “se maquilla” la situación de violencia feminicida en el estado.

Más aún, la legisladora aseguró que este año, de 190 homicidios contra mujeres fueron reportados 15 feminicidios, “dejando en clara evidencia un cúmulo de omisiones y negligencias que, una vez más invisiliza (sic) ese crimen de odio en mi estado”.

Sirva lo anterior como punto de referencia para señalar de manera firme que la legisladora está mal asesorada o, si es motu propio, desorientada en cuanto a la información.

Por ende, pretende politizar un asunto delicado como el de la violencia contra las mujeres a partir de sesgos estadísticos.

Si la legisladora o sus asesores tuvieran el tiento y tan sólo dieran un paseo digital por la página del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública –ojo, el Nacional, no el estatal o el de la Fiscalía- encontrarían que ahí está la estadística clara de todo el país, en el documento “Información sobre violencia contra las mujeres”, elaborado por el Centro Nacional de Información -antes CISEN.

En específico, en dicho documento federal se anotan, para Tamaulipas, 16 feminicidos entre enero a octubre de 2022 que son distintos a los 37 homicidios dolosos registrados en el mismo periodo.

Pero aquí algo muy sesgado por la legisladora y sus asesores en la información que dio en el pleno de la Cámara de Senadores: incluyó los 151 homicidios culposos que ha habido entre enero y octubre de 2022 en Tamaulipas.

Es delicado el maniqueo acomodo de las cifras que hace la Senadora Guadalupe Covarrubias porque mezcla feminicidios con homicidios dolosos y culposos como si se tratara una misma categoría.

Particularmente el mayor maniqueísmo está en compaginar los 151 homicidios culposos con las muertes violentas por razón de género, como si se tratara de feminicidios.

El artículo 20 del Código Penal de Tamaulipas señala que un delito culposo es cuando se realiza con imprevisión, negligencia, impericia, falta de reflexión o de cuidado; asimismo, cuando habiéndose previsto el resultado, se confía en que no sucederá. Aquí muchas de las muertes pudieron ser por accidentes viales o hasta atropellamientos, entre otras causas.

En oposición, son delitos dolosos cuando hay una intencionalidad -por ejemplo, en situaciones de robo, asalto o riña, en que el objetivo es causar un daño físico o material.

Y específicamente el feminicidio es cuando se priva de la vida a una mujer por su condición de género, es decir, por el hecho de ser mujer y la ley es clara al establecer en que supuestos “Razones de Género” la muerte de una mujer es un feminicidio. Dentro de esas razones podemos encontrar signos de violencia sexual, la violencia familiar o de pareja, incomunicación previa al fallecimiento, entre otros aspectos.

Lo anterior no son interpretaciones o maquilladas suposiciones. Es lo que establece el Código Penal de Tamaulipas que todo legislador debería tener en cuenta, si es que presume de crear y respetar los marcos legales.

Mezclar homicidios culposos con dolosos y feminicidios no sólo es irresponsable, sino muestra de desconocimiento que puede rayar en la ignorancia.

Nadie niega la violencia contra las mujeres, nadie. Es una lacerante realidad.

Los feminicidios son resultado de una grave problemática que deriva esencialmente de la violencia familiar, de la violencia de pareja, donde hacen falta políticas públicas -esas en las que deberían estar atentos quienes gobiernan o legislan- para crear las condiciones de equidad, libertad, seguridad patrimonial y respeto en y hacia las mujeres.

Combatir la impunidad no es sólo castigar a quienes cometen la violencia. Hay impunidad cuando nada se hace por empoderar de verdad a las mujeres y darles los elementos para su plena independencia económica, física y psicológica.

La Senadora Covarrubias Cervantes politiza, se entiende. Vive de ello. La seriedad y credibilidad se gana con veracidad y propuestas firmes.

¿Ha hecho algún posicionamiento sobre la violencia vicaria y la manera de atacarla? Es un tema que, probablemente, la excede a ella y a sus asesores.

La violencia contra las mujeres, sus hijas e hijos, es un grave problema que se INVISIBILIZA (no que se “invisiliza”) cuando los gobernantes y legisladores responsables de crear las políticas públicas no le entienden o nada hacen por resolverlo desde la base social.

La sentencia condenatoria –el castigo a los agresores, pues, para que entienda la legisladora- es sólo una respuesta de carácter judicial a los procesos iniciados por la Fiscalía del Estado a partir de la información que reúne en procesos de investigación, pero no es solución de fondo a un asunto que demanda crear condiciones ciertas y firmes en beneficio de las mujeres y sus familias, en el entorno social.

El autor es Maestro en Psicología y Licenciado en Derecho.

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