Los que ganaron perdiendo

José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet fueron dos personajes de enorme relevancia en la vida pública de nuestro país. El debate sobre quién fue más grande, aún persiste entre los intelectuales e interesados en el tema educativo. La diferencia entre ambos, es lo que hace que uno sea de sobra conocido y valorado, Vasconcelos y el otro menos popular, a pesar de que fue en dos ocasiones titular de la secretaria de educación pública (sep) y en una ocasión de la secretaria de relaciones exteriores, y la diferencia consiste en que el primero, Vasconcelos, trabajó para su lucimiento personal, para evidenciar su grandeza, para hacerse notar, mientras el segundo, Torres Bodet, fue más institucional, más disciplinado y siempre trabajó para el lucimiento de la figura presidencial, que era la cabeza de las instituciones en su época.

Con las proporciones guardadas, con una disculpa por atreverme a hacer comparaciones, les digo que esa misma diferencia entre los que trabajan para sí mismos, y los que lo hacen para las instituciones, – entiéndase un proyecto mayor – tuvimos oportunidad de apreciar en la muy reciente elección de consejeros nacionales de morena, celebrada el pasado sábado.

Los personajes que a pesar de tener la oportunidad de hacerse de votos en el consejo de Morena, decidieron atender la sugerencia del presidente López Obrador, y la respectiva del doctor Villarreal Anaya, de abstenerse de participar, por sí mismo o apoyando a sus aliados, en el proceso para elegir los noventa consejeros de Morena en Tamaulipas, y en ese situación observamos a los presidentes municipales de Matamoros, Mario López, de Madero, Adrian Oseguera y de Rio Bravo, Héctor «Calabazo» Villegas.

Destaco el caso Rio Bravo, en donde la diputada Casandra de los Santos pudiera llegar a pensar que la elección y el control de Morena en su municipio lo tiene en un puño, cuando no es así. Calabazo Villegas, al igual que los presidentes antes mencionados, permitieron que la elección se fuera libre, sin su injerencia, acatando las indicaciones superiores y apoyando discretamente a los personajes que el gobernador electo quiso impulsar en sus regiones y municipios.

Esta situación me lleva a creer que Calabazo ganó perdiendo y lo digo porque en realidad nada perdió, porque nada buscaba, y mucho ganó, en el ánimo y la confianza de quien será líder de facto de morena Tamaulipas a partir del primero de octubre de 2022.

Desde esta óptica me pregunto, y les pregunto: ¿Cuánto y que ganaron los Cantú Rosas?

¿Ser consejeros?