Tal vez por por su «estampa», por su apariencia de fragilidad y delgadez extrema o quizás por su juventud, al director de Tránsito municipal de Reynosa, le han puesto el sobrenombre de «Comandante Pañales», un apodo que incluye un rango militar, -o policiaco-, en reconocimiento a la autoridad que ha sabido ejercer y le ha permitido imponerse a uniformados con un largo historial y un colmillo muy retorcido.
Mario Soria es el titular de la policía de vialidad de Reynosa. Está ahí por invitación del presidente municipal, que también es muy joven.
En los pocos meses en los que ha estado a cargo de ordenar la circulación vehicular en Reynosa, Mario Soria ha sido muy cuestionado. Aplicar la ley y los reglamentos y poner orden en un tema, – la vialidad -, que por años se ha caracterizado por la anarquía y los abusos, ha hecho que se multiplique el malestar con el joven Soria, por parte de los afectados, y esa molestia se ha ventilado en diversos medios de comunicación y redes sociales, en donde encontramos muchas críticas a su desempeño.
La actuación del Comandante Pañales ya se nota, para bien, en el retiro de la chatarra vehicular en todos los rumbos de la ciudad, o dicho de otra manera: se observa en los carros «yonqueados» que ha quitado de las calles.
La mano del jefe Soria, -y del alcalde-, se observa en el orden que hoy prevalece en el centro de la ciudad en materia de estacionamientos en la vía pública. La presencia permanente de las grúas, la No tolerancia a quienes se estacionan en lugares prohibidos, las multas que se aplican y el elevado costo del arrastre o servicio de grúa, son argumentos que han logrado disuadir a los automovilistas, de estacionarse donde no está permitido.
Las instrucciones de Mario Soria Junior se notan en el ordenamiento, aún inconcluso, de los estacionamientos exclusivos para los carros de sitio o taxis fijos. Los trabajadores del volante ya no acaparan cuadras enteras en el primer cuadro de la ciudad, como anteriormente lo hacían.
Polémico y perjudicial para los transportistas, pero favorable para la ciudadanía en general, así han sido las medidas para regular el tránsito de camiones repartidores de mercancías, que se aplicaron en Reynosa un par de meses atrás.
No ignoro las críticas por el criterio diferenciado que utilizó el jefe Soria en el asunto de los vehículos mal estacionados en los alrededores de los lugares en donde cerraron campaña los candidatos a gobernador. Tampoco ignoro las molestias de los propietarios de vehículos y cajas de trailer que fueron retirados de la vía pública y obligados a pagar multas elevadas y cobros excesivos, a su criterio, por concepto de arrastre, que además se duelen de no haber sido conminados al retiro de sus vehículos, con antelación a la acción.
Lejos estoy de pretender justificar al Comandante Pañales en los casos de abusos, pero sí quiero señalar que por toda la ciudad se nota la mano del jefe de la vialidad, para bien, y agregar que la aplicación de la ley siempre resulta molesta para quienes la omiten, para los que usan en forma particular los bienes públicos y colectivos, para los que se estacionan donde no deben con el pretexto de que «nomas es por un momentito» y se justifican diciendo o pensando «al fin que todos lo hacen».
Espero que el Comandante Pañales, que para mí será el director Soria mientras siga haciendo el bien a la colectividad, logré terminar con los «yonques» que existen por todos los rumbos de la ciudad, frente a cada taller mecánico, que retire de las áreas habitacionales los trailers, sus cajas y las pipas (a veces cargadas con combustibles o productos tóxicos), que meta en orden al transporte colectivo, que trabaje en la reingenieria de la vialidad y, en resumen: que cumpla con su trabajo.