El modelo Jucopo

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Bien harían los líderes de morena en Tamaulipas, – o como dicen los expertos en liderazgo: los tomadores de decisiones – en revisar lo que ocurrió en ese proceso que culminó con la pérdida de la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, pero no sólo con el propósito de repartir culpas o de castigar a los responsables, sino con el ánimo de entender la lección y de comprender que de la misma manera les pueden ganar la elección de gobernador.

Les conviene descubrir lo que ocurrió, relacionar las complicidades, omisiones, traiciones, debilidades y errores, que aprovecharon los operadores del PAN – gobierno para despojar a los morenos de la presidencia de la Jucopo y con esto el control del poder legíslativo de Tamaulipas. Más vale que analicen y que entiendan el «Modelo Jucopo», para que neutralicen sus efectos, disminuyan los riesgos, preparen las vacunas y para que puedan evitar que con ese mismo modelo los derroten.

Los panistas compraron lo que de inicio pudieron comprar. La diputada de Matamoros, que ya venía cooperando con los azules y que se aferró a ser reelecta ondeando la bandera de los «fundadores» del partido, fue la primera que se pasó a las filas del PAN.

Con la diputada de Ciudad Mante aprovecharon un problema familiar, – y personal – para atraerla a las filas del PAN. Con dinero, con lo que puede comprar el dinero, con el pago de una cuenta de hospital, los panistas se llevaron a la diputada cañera.

Los panistas lograron convencer al líder de la fracción morena (en un tiempo mayoritaria) para que fuera justo y equitativo en el reparto de las posiciones administrativas. Y para que fuera generoso, con los contrarios, en el reparto de las comisiones. La cooperación del líder de la mayoría con los contrarios, generó el malestar que los llevó a procesar la elección de un nuevo presidente de la jucopo, misma que terminó en derrota para el bando de la cuatro te.

La diputada Nancy Ruiz, que no se manda sola, y que sigue las instrucciones del personaje que quiso ser candidato a gobernador, apodado Guasón, fue la que provocó la crisis y aceleró la caída de Zertuche Zuani.

La diputada de Altamira, que obedece las consignas de su presidente municipal, le hizo segunda a la legisladora guasonista y también abandonó la fracción parlamentaria de morena.

El diputado Suárez Mata volvió a aplicar la estrategia del «chorrillo» y abandonó el recinto en el momento de las definiciones.

Con ese mismo sigilo con el que prepararon el asalto de la Jucopo, con discreción y con mucha precisión, con todos los instrumentos, con bisturí, donde se requiere y con el hacha, donde haga falta, así están trabajando los panistas para la elección de gobernador.

Los seguidores de la Vaca Salvatrucha entendieron que deben ir por todas, que necesitan sumar a todos los que se dejen, que deben aprovechar las contradicciones y debilidades del adversario.

Y los morenos no se ve que actúen. Están cómodos administrando esa ventaja que de tan grande (en principio) ha resultado toxica para la campaña.

Si se va Maki, ellos piensan que no importa. Antes que sumar a los seguidores de Valderrama, les importó hacerse de una posición para uno de los suyos, que además tiene fama de traidor. Con el Guasón no han hablado, quizás porque ignoran que si bien es muy poco lo que suma, su capacidad y talento para hacer daño es mayúscula. Con los alcaldes de su partido no han hablado, para no tener que hacer compromisos, pero el Truco ya los buscó. Con los empresarios que tradicionalmente patrocinan las campañas han tenido una entrevista, más en el terreno de la cortesía, que con el ánimo de hacer compromisos. Pero el señor del mostachón ya lleva tres reuniones con ellos y ya están fluyendo los recursos. Con el presidente de Altamira, Armando Martinez, no cuentan. La presidenta Totalmente Palacio de Nuevo Laredo, Carmen Lilia CantuRosas, no tiene tiempo ni ganas de hacer campaña para otros, ella está disfrutando de un cargo que confundió con el de Reyna de la primavera.

De inicio, los morenos deben saber que quienes traicionaron a su partido y a los electores, y que entregaron el manejo del Congreso del Estado a Francisco N, – y aquí me refiero a los diputados, pero sobre todo a sus patrones-, tienen compromisos vigentes con los panistas y no hay razones para creer que no van a traicionar en la próxima elección de gobernador.