A Reynosa, la ciudad más poblada e importante de Tamaulipas, pero también la casa (adoptiva) de la aspirante que cuestionó formalmente el resultado de la encuesta para definir el candidato de morena, a esta ciudad fronteriza, acudió el presidente del Comité ejecutivo nacional de partido movimiento de regeneración nacional, Mario Delgado, para entregar el documento que acredita al Doctor Américo Villarreal Anaya como precandidato único al gobierno del Estado.
La visita del líder formal de morena, -líder nacional, pues no están establecidos legalmente los órganos de dirección locales ni estatales-, deja varias lecturas. La primera es que la decisión ya está tomada a favor del senador Villarreal Anaya y eso lo debe entender el aspirante que se querelló por el resultado. También que en este caso aplica eso de que en política no hay vacíos, y si alguien abandona o descuida una posición u espacio, rápidamente es cubierto por otra persona, en este caso por el ex Delegado federal, José Ramón Gómez Leal, apodado el Jota erre, que fungió como anfitrión de la legión morena para el acto de entrega de constancia que señala el inicio de la precampaña de Américo Villarreal.
Notoria fue la ausencia del presidente municipal de Reynosa, Carlos Victor Peña Ortiz, porque en la cultura política nuestra se supone es, o debería ser, el primer militante del partido que lo postuló, en este caso morena. Es de suponer que el actuar del alcalde de Reynosa, en la precampaña y campaña de Américo Villarreal, está condicionado a los acuerdos que establezca (o no) su madre con el candidato de morena… O con otro candidato.
Me parece un error, de quienes están a cargo de la campaña del senador Villarreal Anaya, que en las fotografías que difunden, -reflejo de lo que ocurre en los eventos-, aparezcan los mismos personajes, negando por lo tanto la posibilidad de acercarse, dialogar y fotografiarse, a los anfitriones y a los ciudadanos que acuden a presenciar los actos de campaña, a escuchar al candidato y a plantear algún asunto.
Los americanistas deben entender que esa «Unidad» que tanto pregonan, para describir las reuniones de una veintena de políticos, no les alcanza para ganar una elección estatal. Les dio para triunfar en la interna, pero la constitucional es otra cosa, por lo que deben saber que es tiempo de sumar y no de excluir para acaparar la atención, la interlocución y los cargos públicos que aún no se han conseguido.