Un reporte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado este 6 de diciembre, registró un drástico incremento de casos y muertes por causa de malaria en 2020, impulsado por las alteraciones que conllevó la pandemia del coronavirus, según estimaron los especialistas del ente.
En concreto, la agencia de la ONU notificó que en dicho período hubo cerca de 241 millones de casos de infección, mientras que 627.000 personas fallecieron por causa de ese mal a nivel global.
Se trata de un aumento de 14 millones en cuanto a contagios y de 69.000 muertes en comparación con los datos de 2019. Además, unos dos tercios de los fallecimientos ocurridos estuvieron ligados al impacto de la pandemia, que perturbó la prestación de servicios de prevención, diagnóstico y tratamiento del paludismo.
Los países del África subsahariana siguen siendo los más afectados por dicha enfermedad, al concentrar 95 % de todas las infecciones y 96 % de las muertes. En paralelo, más del 80 % de los fallecimientos corresponden a menores de cinco años.
En términos puramente estadísticos, el mundo se ha quedado atrás de los planes fijados por el organismo global. En 2020, la tasa de incidencia mundial del paludismo fue de 59 por cada 1.0000 personas en riesgo, un 40 % menos de lo trazado. Mientras, el índice de mortalidad se situó en 15,3 por cada 100.000 individuos en peligro, es decir, un retraso de 42 %.