Embrujo blanquiazul

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Arreglado Matamoros. Así dice el viejo y conocido refrán, ahora sólo resta esperar quién declina por quién y aprovechar al máximo el manotazo a la mesa que los tabasqueños dieron a Morena Tamaulipas.
El Partido Acción Nacional (PAN) a través de su Comité Estatal tamaulipeco ya abrió finalmente la pócima para la elección de su candidato a gobernador, aleluya, el dirigente Marko Cortés Mendoza supo valorar, respetar y además, evitó un rompimiento mortal en las bases del panismo tamaulipeco al acceder y aceptar la postura de un candidato de unidad.
Si algo había tenido con el pie en el pescuezo al panismo es su democracia interna, y sólo sumaban tristezas, pero ahora que comenzaron a despedirse del otoño trágico, “los brujos” panistas ya están listos para conseguir sus propósitos y el primero será oficializar la alianza PAN-PRI-PRD en Tamaulipas.
En el PAN sólo quedan dos, ellos son César Augusto Verástegui Ostos y Jesús Nader Nasrallah; el tercero era Gerardo Peña, pero a él ya únicamente le resta declinar a favor de uno para que el otro no enloquezca cuando se tome la decisión final o bien, declinar y que ambos apoyan al “tapado”, como sea, Peña Flores no es más que un panista que alzará manos sí o sí.
Entre los dos equipos más dinámicos, el de Chucho y el del Truco, se ríen, se tiran carilla y dicen es que tú eres muy amigo de los priístas tampiqueños, y el otro se responde, que la compra del dedazo panista viene a causa de los zombis tricolores que andan con Truco, como sea, es la unidad por unanimidad la que va a regir y ungirá al candidato azul.
Para este fin de semana se estima que el Comité Ejecutivo Nacional termine con esta etapa, valide definitivamente la madurez de los panistas tamaulipecos y luego de unas cuantas llamadas a la población en general y tras analizar los resultados de la encuesta telefónica, el dirigente estatal Luis René Cantú Galván avise al elegido y ahora sí comienzan el día cero.
En la intimidad… Que irónico, México a pesar de todo está de pie gracias al neoliberalismo y los resultados del último sexenio, el de Enrique Peña Nieto ‘bebé’.