El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha informado este jueves de la muerte de seis niños afganos en la detonación de un residuo explosivo de guerra en el interior de una vivienda en la ciudad afgana de Kunduz.
En total, nueve miembros de una familiar, entre ellos estos menores, han muerto, mientras otros tres niños han resultado heridos en el incidente.
Por otra parte, el director general de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), António Vitorino, ha concluido una visita a Afganistán y ha insistido en que existe un “riesgo real de que el deterioro de la situación humanitaria provoque un aumento de los desplazamientos, la vulnerabilidad y el sufrimiento”, así como que “se pierdan los modestos logros sociales y de desarrollo de las dos últimas décadas”.
Según ha recordado, en Afganistán hay 5,5 millones de desplazados internos, “lo que equivale aproximadamente a la población de Finlandia”.
