La princesa japonesa Mako se casó este martes con Kei Komuro, un plebeyo y antiguo compañero de clases de la joven, según recogen medios locales.
Ahora, la princesa tendrá que renunciar a su estatus real, ya que la ley japonesa no permite a las mujeres heredar el trono ni mantener los privilegios si su esposo no pertenece a una familia real.
Asimismo, la novia declinó el pago de 150 millones de yenes (1,35 millones de dólares) que contempla el Gobierno de Japón para las mujeres de la realeza que contraen matrimonio y abandonan la institución.