Decenas de miles de personas en el norte de China se hallan confinadas en sus viviendas, mientras las autoridades intentan detener un rebrote de COVID-19 que empieza a crecer, 100 días antes del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín.
También restringieron el acceso a los lugares turísticos y aconsejaron a los residentes que limitaran sus movimientos a menos que fuera necesario, pese a que el transporte público funciona con normalidad.
El brote actual es causado por la variante Delta del exterior, dijo este domingo Wu Liangyou, un funcionario de la Comisión Nacional de Salud, en una sesión informativa en Beijing.
La ola de infecciones se extendió a 11 provincias en la semana del 17 de octubre, dijo Mi Feng, portavoz de la comisión, en la sesión informativa. La mayoría de las personas infectadas tienen antecedentes de viajes entre regiones, agregó.
La propagación de la variante Delta en Asia está frenando los esfuerzos de los gobiernos para reabrir sus economías.
Singapur anunció el sábado que solo los empleados que estén completamente vacunados, o que se hayan recuperado de COVID-19 en los últimos 270 días, pueden regresar al lugar de trabajo a partir del 1 de enero.
La semana pasada, el gobierno extendió otras restricciones de virus por un mes más porque los casos continúan aumentando, incluso con más del 84 por ciento de la población completamente vacunada.