La monarca de 95 años suspendió el miércoles su viaje a Irlanda del Norte por consejo de su equipo médico, que le había recomendado “descansar durante los próximos días”, tras lo que fue ingresada en el hospital privado King Edward VII, ubicado en el centro de Londres.
En el centro sanitario, la reina ha sido atendida por especialistas y se le han realizado “investigaciones preliminares”, tras lo que ha regresado a Windsor “de buen humor”. Su ingreso no ha estado relacionado con el coronavirus, según recoge la cadena BBC.
La suspensión de la visita a Irlanda del Norte, y posterior ingreso, se produjo dos días después de que fuera vista en público haciendo uso de un bastón durante una visita a la Abadía de Westminster.
Está previsto que la monarca asista a los eventos relacionados con la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 en Glasgow a finales de este mes.