La carrera por la lluvia comenzó en todo el mundo. México hizo uno de los experimentos más largos de la historia en este terreno, alrededor de 30 años seguidos, desde 1948, sembrando nubes. La práctica quedó suspendida tiempo atrás, pero este año se ha retomado con 35 millones de pesos de presupuesto y cuatro aviones que han bombardeado los cielos de Sonora, Sinaloa, Chihuahua y Torreón (Coahuila). La Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza) calcula que han incrementado las precipitaciones en una media cercana al 40% contribuyendo al aumento de las presas, la extinción de los incendios y, lo más importante, el beneficio de la agricultura y la ganadería. Un éxito que están dispuestos a repetir el año que viene.
¿Cómo funciona? Muy sencillo: las aeronaves tienen tanques que se llenan con yoduro de plata, un producto semejante al cristal de hielo que contiene la nubosidad; y así, en el aire, “bombardean” las nubes con aspersores y con el efecto de colisión y gravedad, empieza a llover.
Este plan aumentan las precipitaciones aproximadamente en un 40%, lo que representa un beneficio, principalmente para agricultores y ganaderos. Todo está milimétricamente planeado, y la operación se lleva a cabo cuando los meteorólogos de la Fuerza Aérea Mexicana determinan que en la nubosidad predomina temperaturas de al menos -4°C, es decir, a nivel de congelación.
Sin embargo, hay detractores de la práctica, como defensores medioambientales que afirman que si se hace llover yoduro de plata, este se filtrará en las cosechas. Pero el ingeniero Alejandro Trueba, dueño de una de las compañías privadas que presta el servicio de bombardeo de nubes al gobierno de México, afirma que de hecho han tomado muestras en la tierra y en las plantas, y que “las cantidades son ínfimas para que supongan un factor de peligro. Sí hay que prohibir que esto se aplique en aquellos casos en que se demuestre riesgo de envenenamiento, pero no lo hay”, aclara. El director de la Conaza reafirma que no hay riesgo: “Ni para el campo ni para la salud, personajes muy cualificados en el tema no reportan daños del yoduro de plata. Lo hacen en todas partes”.