Inestabilidad en el Océano Atlántico: se formaron tres borrascas con potencial ciclónico

La temporada de ciclones tropicales en el Atlántico comenzó el pasado 1 de junio y durante los primeros meses, las aguas de este inmenso océano permanecieron prácticamente tranquilas. Sin embargo, desde hace dos semanas se ha registrado en esta región una gran inestabilidad, formándose sistemas tan destructivos como los huracanes Grace y Henri. El primero tocó tierra en Veracruz y dejó un saldo de al menos nueve muertos. El segundo impactó al noreste de EEUU y se cobró la vida de 22 personas; una cifra que podría aumentar ante las decenas de denuncias por desaparecidos.

Por ese motivo, los ojos de los países del Mar Caribe y América Central ya apuntan hacia el Océano para seguir con atención la trayectoria y esos sistemas. Desde México, autoridades y expertos vigilan uno de ellos, situado a la altura de Venezuela. Aunque todavía se encuentra lejos de la República, todo apunta a que emprenderá en los próximos días el camino hacia la Península de Yucatán.

La primera de las borrascas es la más peligrosa para México.

De acuerdo al organismo climático, todavía se localiza muy lejos de las costas nacionales, a 2,330 kilómetros al este-sureste de Quintana Roo. Sin embargo, su pronóstico de trayectoria preocupa a los expertos, porque indica que se desplazará rumbo al noroeste y podría impactar en el sur de la Península de Yucatán.

Por el momento, esta zona de inestabilidad mantiene un 60% de probabilidades de convertirse en un ciclón tropical en un plazo de cinco días.

El segundo fenómeno se ubica muy lejos de las costas mexicanas, a 4,165 kilómetros al este de Quintana Roo.

Según el SMN, hay un 60% de posibilidades de que esta zona de baja presión se convierta en un ciclón tropical en los próximos cinco días. Se mueve hacia el noroeste a una velocidad de 16 a 24 kilómetros por hora y, por su dirección, no representa un peligro para la República.

La tercera y última borrasca se sitúa frente a Islas de Cabo Verde, ubicadas al noroeste de África. La probabilidad de desarrollo ciclónico aún es baja: 20% en 48 horas y 30% en cinco días. Por su lejanía tampoco supone un peligro para el territorio mexicano.