Biden ha mantenido este sábado una videoconferencia con altos cargos de seguridad para analizar la situación sobre el terreno. Los talibán han logrado tomar en poco más de una semana dos tercios de las capitales de provincia, con conquistas estratégicas como la lograda este sábado en Mazar-e Sharif, y la presión aumenta sobre Kabul.
El mandatario estadounidense, que esta semana dijo no haberse “arrepentido” de sacar a las tropas, ha autorizado ahora que unos 5 mil militares gestionen la salida “ordenada y segura” del personal estadounidense y otros aliados, así como de los afganos que hayan ayudado durante la misión que está a punto de concluir, 20 años después de la invasión. “Estamos trabajando para evacuar a miles que han ayudado a nuestra causa y a sus familias”, ha aseverado en un comunicado.
Así se lo han trasladado representantes norteamericanos a la delegación talibán enviada a Doha (Qatar), escenario de unas negociaciones que por ahora no han ofrecido garantías de paz a los afganos. Biden ha ordenado a su Secretario de Estado, Antony Blinken, que respalde al Presidente de Afganistán, Ashraf Gani, en la búsqueda de una “solución política” al conflicto.