Julio pinta am loco 

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De acuerdo con la Real Academia Española, el capitalismo es el sistema económico basado en la propiedad privada de los medios de producción y en la libertad de mercado. La idea del libre mercado como motor económico es parte esencial del neoliberalismo que tanto ha criticado el presidente en turno de México.

El Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, recién bautizado por el pueblo bueno y sabio como el “evasivo y protector”, de los cárteles mexicanos, se ha empeñado en hacerle creer a los mexicanos que el país tuvo una gran transición del capitalismo y liberalismo económico a una economía moral.

Es importante señalar que, efectivamente, México estaba en ruta hacia un liberalismo económico desde 1988, cuando se integró el primer gabinete tecnócrata. México se abrió paso en el comercio internacional con el Tratado de Libre Comercio (TLC) y bajo el supuesto del libre mercado, el gobierno de aquella era comenzó a deshacerse de los monopolios como Ferrocarriles o Teléfonos de México, y a paso hormiga comenzó la transición.

Al final de cuentas, aun y atendiendo la misión del liberalismo económico, el Estado Mexicano, mantuvo el monopolio energético con PEMEX y  la Comisión Federal de Electricidad (CFE), a Carlos Slim le correspondería gran parte del pastel de las telecomunicaciones con la que fuera la empresa del estado: TELMEX.

Los monopolios en general, no solamente Pemex, CFE o Telmex, son considerados como ineficientes en el mercado y un daño directo a los consumidores; por eso el estadista y según la historia, también corrupto Enrique Peña Nieto, con sus reformas estructurales dio un paso agigantado, logró algo que ningún gobierno anterior había conseguido hacia la libre competencia en el sector energético y en el mundo de las telecomunicaciones en beneficio de los consumidores (yo, tú, él, nosotros, ustedes y ellos).

Entonces, a pesar de que el país se entregó un mega avance en la lectura económica, desde que entró la banda de los Andresitos, las reformas estructurales se fueron como deshecho en escusado y se decidió fortalecer el monopolio energético en manos del Estado.

Desgraciadamente el Gobierno de México, no solamente está reprobado en materia de seguridad, también en el manejo de las crisis de seguridad laboral. De lo que sucedió el fin de semana en el Golfo de México, si la empresa responsable fuera privada, ya nos estaríamos saboreando la multa impuesta que entraría a las arcas nacionales y muy probablemente perdería sus permisos para operar.

Sin embargo, nuestro reloj histórico se atrasó a la época de aquel descubrimiento de Cantarell, donde con orgullo se decía que tendríamos que aprender a administrar la abundancia; desgraciadamente, a nivel mundial es época de vacas flacas y el horno no está para bollos, aunque aparentemos que tenemos los miles de millones para derrochar en refinerías, trenes y plantas de carbón porque a nuestro presidente le gusta revivir, cueste lo que cueste, el pasado que tanto añora.

Espectáculo penoso…

En la intimidad… Julio Ravelo, investigador y escritor especializado en temas de delincuencia organizada. Autor de 10 libros publicados en México, Estados Unidos y España; participó en la Mesa de Seguridad, del también periodista Julio Astillero, donde se analizó la crítica situación de inseguridad en Tamaulipas; ahí Ravelo Galo, aseveró que mientras más posiciones político electorales gane morena en esta entidad, se elevarán las situaciones de riesgo. Previo a eso, los analistas participantes, coincidieron en reprobar al Gobierno obradorista en su “lucha” por recuperar la tranquilidad nacional.

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