Mientras el país sufre la peor crisis de coronavirus del mundo, nuestro jefe de la oficina de Nueva Delhi describe el miedo de vivir en medio de una enfermedad que se extiende a tal escala y velocidad.
NUEVA DELHI — Los crematorios están tan llenos de cadáveres que parece que acaba de ocurrir una guerra. Las piras arden a todas horas. En muchos lugares se llevan a cabo cremaciones masivas, decenas de ellas a la vez, y por la noche, el cielo brilla en ciertas zonas de Nueva Delhi.
La enfermedad y la muerte están por todas partes. En decenas de casas de mi barrio hay personas enfermas. Uno de mis colegas está enfermo. Una de las profesoras de mi hijo está enferma. El vecino de dos puertas más abajo, a nuestra derecha: enfermo. Dos puertas a la izquierda: enfermos.
“No tengo ni idea de cómo me contagié”, me dijo un buen amigo que ahora está en el hospital. “Atrapas solo un soplo de esto…” y luego su voz se cortó, demasiado enfermo para acabar la frase
Apenas consiguió una cama. Y la medicina que sus doctores dicen que necesita no se encuentra en ningún lugar de India.
Estoy sentado en mi apartamento esperando contraer la enfermedad. Eso es lo que se siente ahora mismo en Nueva Delhi, cuando a nuestro alrededor avanza la peor crisis de coronavirus del mundo. Está ahí fuera, yo estoy aquí dentro, y siento que es solo cuestión de tiempo antes de que yo también me enferme.
India registra más infecciones al día —hasta 350.000— que cualquier otro país desde que comenzó la pandemia, y eso es solo la cifra oficial, que la mayoría de los expertos consideran una gran subestimación.