¡Bruuujo!

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El Plan Nacional de Desarrollo de México 2019-2024, quedó a la deriva, y la Nueva Política Energética para el Bienestar del país, se convirtió en el hazme reír del mundo, sobre todo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden y sus connacionales.

De la dependencia al gas norteamericano ya se había anunciado desde Tamaulipas, el estado energético por excelencia, incluso, se tipificó como un asunto de seguridad nacional, pero los oídos sordos del Gobierno de cuarta, no quisieron escucharlo, y aquí están las crudas, duras, frías y oscuras consecuencias.

¡El que quiera azul celeste, que le cueste! Y ese dicho es el que retumba e impide el sueño del Gabinete presidencial cuatroteísta luego de que el gobierno de EUA, desde Texas; suspendió las exportaciones de gas natural hacia México, dejando a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), sin la capacidad generadora de carga eléctrica para millones de hogares en nuestro país.

Lo que viene a continuación, no es nuevo, es algo que ya se había anunciado, pero como de costumbre entre los mexicanos, primero lo menos importante y luego para el final lo realmente valioso; dicho de otra manera, ahogado el niño a tapar el pozo.

El pasado 4 de marzo de 2019, la secretaria de Energía, Rocío Nahle García, estuvo en la ciudad y puerto de Tampico, en Tamaulipas para el Tercer Foro: “Nueva Política Energética para el Bienestar de México”; ese día el mandatario estatal, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, le explicó la importancia de que el Gobierno Federal, hiciera las reformas pertinentes a la Ley de Energía, para que la iniciativa privada, tuviera la oportunidad de asociarse con la CFE, y juntos crear nuevas líneas de transmisión, con la finalidad:

1.- Poder lograr las metas y objetivos que tenemos como mexicanos para el 2024; pues existe un compromiso internacional que va dirigido a que de toda la energía eléctrica que se consume, para ese año el 35 por ciento, debe ser generada por energías limpias.

2.- Con las líneas de transmisión necesarias, que en la actualidad por ley son exclusivas del Estado mexicano, en este caso a disposición de la CFE; se acabaría la dependencia multinacional en la importación de gas y petróleo.

Obviamente, nada de lo anterior, fue tomado en cuenta. El Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, optó por seguir apostándole al petróleo e ignorar lo que el tamaulipeco sugirió vía Rocío Nahle García.

Pero eso no es todo, Cabeza de Vaca dejó de ser el “rebelde” de la Alianza Federalista, para convertirse en el “Nostradamus” de Tamaulipas.

El 12 de febrero de 2019, ya había pronosticado la catástrofe energética que ahora padece el país, lo apuntó en la presentación de EnerTam Tampico 2019, la primera y única  exposición del sector energético en México.

Aquella mañana, aún muy alejada del Covid-19, García Cabeza de Vaca, dijo que la dependencia al gas natural de Estados Unidos, era un asunto de seguridad nacional, informó que el 85 por ciento de gas natural que consumimos los mexicanos viene del vecino país del norte, y esa sí que es una dependencia, pero lo más triste y vergonzoso es que esa riqueza natural que necesita la nación para no estar dependiendo de otros, lo más delicado y triste es que la tenemos en el subsuelo tamaulipeco, pero la cerrazón que caracteriza al gobierno federal, no se permite invertirle en la modernidad para la nueva independencia de México.

El presidente Andrés Manuel, no puede decir que no se lo advirtieron, no hay pretexto para no haber evitado los apagones del presente, y tampoco hay justificación alguna para tener viviendo a los mexicanos como ciudadanos tercermundistas, sin luz, padeciendo de la onda gélida y bajo la incertidumbre respecto al abasto de energía eléctrica.

Se le dijo al presidente, se le dijo a Manuel Bartlett, y se le explicó con peras y manzanas a Rocío Nahle… una lástima que primero están las ambiciones políticas de la cuarta transformación, antes que la patria.

Mientras tanto, y a escasos días del 14 de febrero, miles de hogares mexicanos, duermen alumbrados por la luz de unas velas… ¿Será que todo es una estrategia analizada y puesta en marcha de manera precisa por la 4T, con la finalidad de fomentar los abrazos y acabar con los balazos, y somos nosotros los mal pensados? Por sí o por no, a comprar petróleo señores. Nuestros quinqués nos lo agradecerán.

Fuera de romanticismos ¡vamos pa’atrás!

 

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