Primero la patria

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El regreso a las conferencias matutinas del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, fue tiempo perdido y tristemente el último clavo al ataúd de la esperanza de un México mejor.
Cuando López Obrador, informó que había dado positivo en la prueba de COVID-19, jamás pasó por la cabeza que fuera a morir el presidente, mucho menos que el Estado mexicano se iba a someter a una sucesión presidencial, ni por tan malo que resulte su gobierno imaginamos y mucho menos se deseó eso; de lo que sí ilusamente creímos es que su necedad iba amainar.
Por fin regresó el presidente Andrés Manuel, que valga la pena decirlo, cada día está más lejos de su propia versión de “El Peje”; volvió al reflector matutino y enfadadamente sin respeto dejó claro que no usará cubrebocas.
Gracias a Dios he vivido rodeado de mucho amor como para desearle algo malo a alguien, es más ni al presidente, que a pesar de los más de 166 mil muertes por coronavirus, ni los 2 millones 130 mil 287 casos y contando, lo han hecho entrar en razón; su postura ofende, incomoda, ofusca y sí, en verdad encabrona y más cuando diariamente los médicos rifan su vida por salvar la de otros, algunos de los cuales son los más irresponsables de la pandemia.
¡Basta señor presidente!, primero la patria, primero la patria ¡por favor! No se trata de su salud, ni la de su gabinete, se trata de una nación entera que es y siempre será representada por el presidente, y hoy le corresponde a usted pregonar con el ejemplo y no seguir en la cerrazón.
@dect1608