Aunque Pepillo Origel es población de riesgo -ya tiene más de 70 años-, no pertenece a los grupos que ya están recibiendo las primeras vacunas en México, es decir, el personal médico de primera línea que se rifa todos los días para atender a los pacientes con covid-19.
Según el esquema de vacunación propuesto por el gobierno mexicano, las personas de más de 60 años de edad recibirán la vacuna entre febrero y abril de 2021 y se espera que para marzo de 2022 todos los mexicanos ya estemos vacunados.
Pero Pepillo -como muchas otras personas- voló a Estados Unidos exclusivamente para recibir la vacuna.
A este fenómeno ya se le llama “turismo de vacuna”.
“41 mil personas se vacunaron en Florida sin ser residentes”
Según la AFP, Florida ya impuso el requisito de mostrar una prueba de residencia -permanente o temporal- para recibir la vacuna contra la covid-19 en un esfuerzo por contener el llamado “turismo de vacuna”.
El problema es que esta medida puede dejar sin vacuna a los migrantes indocumentados, personas sin hogar o de bajos recursos, que muchas veces no tienen papeles para demostrar que viven ahí y que están muy expuestos debido a su forma de vida y trabajo.
La decisión ocurrió luego de que se reportaran casos de turistas de Estados Unidos y del exterior que viajaron a Florida -estado que vacunaba a toda persona mayor de 65 años– solo para inmunizarse.
El diario Tampa Bay Times reportó que cerca de 41 mil personas se vacunaron en Florida sin ser residentes.
El tema es serio porque, según el jefe de Salud estatal, Scott Rivkees, Florida tiene escasez de vacunas y el proceso de vacunación ha sido señalado como “lento y caótico”.
El gran problema
Thomas Kennedy, coordinador en Florida de la organización de derechos de los inmigrantes United We Dream, dijo que la nueva medida “crea una barrera cruel y deliberada para muchos residentes de Florida, entre ellos los inmigrantes indocumentados, pero también para muchas personas sin acceso a la vivienda”.
Ellos suelen ser, además, trabajadores esenciales en alto riesgo de contagiarse de coronavirus, debido a sus empleos y porque en muchos casos conviven con varias personas en viviendas pequeñas. Además, los indocumentados no tienen derecho a la salud pública.
“El acceso a la vacuna debe estar disponible para todo el mundo, sin importar dónde viven ni su estatus migratorio”, dijo Kennedy a la AFP.
Lily Ostrer, médica residente del Jackson Memorial Hospital de Miami, dijo en entrevista con AFP que dejar a un segmento importante de la población fuera del programa de vacunación no tiene sentido.
“Para que las vacunas sean efectivas necesitamos vacunar a la mayor cantidad de gente posible”, comentó. “Cualquier política que excluya a personas de la vacunación no es una buena política de salud pública”.
“Entiendo que el objetivo es reservar las vacunas para los residentes de Florida, pero no creo que estén consiguiendo esto al implementar esta política”, dijo la doctora.
Ostrer destacó además la inequidad social que significa el hecho de que los “snowbirds” -losresidentes temporales que suelen tener una segunda casa en Florida– puedan acceder a la vacuna gracias a esta nueva provisión, mientras muchos trabajadores esenciales que viven en el estado no estarán habilitados a recibirla.
Por último, el requisito de probar la residencia también significa una carga innecesaria para el personal que administra las vacunas, ya desbordado de trabajo por la titánica tarea de inocular a una población de 21.5 millones lo más rápidamente posible.