Los petardos políticos comenzaron a reventar ventanales y balcones palaciegos; hasta el silencio de la noche perdió su paz e incluso esos estruendos han demeritado la imagen pública de los aspirantes a uno de los más de 3 mil cargos de elección popular que se disputan en el calendario 2020-202… Hay otros que serán devorados por sus demonios del pasado.
El ejercicio del poder es una delgada y fina navaja de doble filo. Abre en canal al enemigo o mutila el futuro del candidato afín al gobernante. Si hay excesos, victimiza; si hay tibieza, derrumba el mandato.
El acoso sexual en México a diferencia de otros países es tipificado como delito, y el más reciente escándalo relacionado a este acto inmoral y la vida política nacional, fue en plena contienda por la dirigencia nacional de Morena; cuando un grupo de mujeres acusó al entonces aspirante Porfirio Muñoz Ledo, quien se disponía a disque rendir protesta como mandamás del partido que llevó al poder al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las acusaciones contra el diputado federal, fueron disminuidas por sus allegados, quienes acusaron a su contrincante y finalmente triunfador Mario Delgado, de orquestar la difamación. Ese petardo, terminó con las aspiraciones del más elocuente de los morenistas en México.
Más recientemente, en Tamaulipas, ubicado geográficamente al sur de Texas, Estados Unidos, donde el acoso sexual, también es catalogado como delito, el político Ciro Hernández Arteaga, aspirante a una candidatura para la presidencia municipal de Altamira, en la zona costa, fue señalado como un político acosador de menores; la denuncia interpuesta por Michell Jaquelin, tutora del menor agraviado ante la Fiscalía General de Justicia del Estado, quedó asentada con el número de carpeta: 28/03/093/00595/2020, misma en la que se aseguró que Ciro “H” cometió acoso sexual doloso contra un varón de 17 años de edad.
Ciro, un férreo opositor a la administración municipal, vio trastocada su imagen “íntegra” de ese ser allegado al catolicismo; es un ex monaguillo de larga trayectoria política, con muchos amigos y de sobra enemigos que celebran la denuncia jurídica contra el ex diputado local panista.
Tremenda ironía. El ex legislador que acompañó en campaña al actual gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, fue el mismo que presentó en la máxima tribuna del Congreso local en 2016, reformas al Código Penal del Estado, buscando se establezcan en el artículo 276 sexto del ordenamiento local, el acoso sexual, con el objeto de que al responsable de este delito se le impongan de tres a cinco años de prisión y multa de 100 a 500 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización (UMA), así como se hace actualmente con el ilícito de hostigamiento, fijado en este apartado. Finalmente fue aprobado y Ciro, pareciera que construía su propia bala de plata.
Tras más de 72 horas de un silencio sepulcral por parte del equipo jurídico de Ciro, la sabia calle y sus enemigos quienes los catalogan de doble moralista, aseveraban que el mantenerse en silencio era su fin político, pues no tenía para dónde hacerse, ni a qué recurrir; finalmente en su plataforma digital publicó un desplegado en el que sólo le quedó contradecir las acusaciones.
“Estas personas han manipulado a dos inocentes, un menor de edad y su hermana presentando esta injuriosa denuncia en mi contra bajo la promesa de tener un trabajo y apoyos sociales a los cuales tienen derecho.”, palabras más, palabras menos en ese tenor la “aclaración”, del también ex priísta Ciro “H”.
El daño está hecho… Ciro ahora se refleja en los ojos de su muerte política, el asunto es ver si ésta lo perdonará o le dará orta oportunidad.
@dect1608
