El gran varón

423

Para que un hombre se atreva a denunciar las agresiones físicas de su mujer y además de todo, que no le haya levantado la mano para responder con un golpe los arañazos de gata y patadas de mula; se necesita mente, temple y corazón de hierro.

La mujer no es la única víctima, la ley no ve género; sin embargo, los hombres nunca o casi nunca denuncian las agresiones en su contra. Se considera que es tabú o simplemente porque en México, se creció con el amago de que los niños no lloran, que deben cuidar a la mujer y no está permitido que se sienten a jugar con las niñas a las muñecas. Los nenes con los nenes, decían.

La psicóloga Rosa Imelda Ochoa, en medio del torbellino por el encierro derivado de la pandemia por COVID-19, exhortó a la población en general atender los focos rojos de la violencia intrafamiliar. Desde los gritos, el uso de malas palabras, y ausencia del cumplimiento en el hogar.

Héctor “N”, un hombre de Tampico, denunció ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas, las agresiones físicas y amenazas de muerte en su contra por parte de su mujer; este es el primer caso registrado asentado ante la Unidad General de Investigación, bajo la carpeta de 385/2020.

Todo comenzó con “gritos normales”, narró la víctima, pero las cosas se vinieron agravando tres meses atrás entre Héctor y su esposa, la hoy agresora y amenazante mujer, Mayra “N”, quien comenzó ausentarse de sus labores del hogar dejando a la deriva a sus hijos para salirse de fiesta y disfrutar de sus nuevas amistades, algunas con activismo político en el norte de Veracruz, que gobierna Cuitláhuac García.

Lo que a decir de Héctor, inició con esos “gritos normales”, podría terminar en una tragedia e incluso en agresiones directas a los menores de edad; por eso mismo la psicóloga Ochoa, exhortó a la población en general, no subestimar los nuevos estados de ánimo de sus cónyuges.

En la Fiscalía General de Justicia de Tamaulipas, no hay antecedentes de que un hombre haya interpuesto una denuncia contra su pareja por agresiones físicas, Héctor se convirtió en el primero con el valor de refugiarse en la ley y el orden de Tamaulipas. Es el atrevido-osado varón que podría iniciar un movimiento social de denuncia intrafamiliar contra los hombres del hogar.

En una marcha, hombres y mujeres bien podrían ir hombro con hombro como en la vida diaria.

[email protected]
@dect1608