Soberanía alimentaria

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La industria pesquera en México está a punto de morir. Lleva desde el inicio de la Cuarta Transformación enganchada al curricán del engaño e indiferencia vendido al presidente Andrés Manuel López Obrador; quien parece desconocer la realidad del abandono, lo que podría ser algo así como la pesca furtiva de sus funcionarios federales.
Debido a la pandemia por Covid-19, el Gobierno de la República, entregó a través de la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca), mil 391.7 millones de pesos en beneficio de 193 mil 200 pescadores y acuacultores.
A los pescadores de Tamaulipas, por ejemplo, correspondió alrededor de 7 mil pesos a cada uno; muy buenos por cierto.
Pero en el engaño al presidente -digámoslo así- por parte de sus funcionarios, quedó saldado al apoyo a la industria pesquera de México, y entre ellos los que según quedaron “tablas”, fueron los armadores camaroneros que han estado exigiendo el subsidio al Diésel marino; sin embargo, a 10 días de salir nuevamente a la captura del crustáceo, siguen esperando este beneficio para la soberanía alimentaria del país.
La negligencia de los funcionarios cuatroteistas, y de los mismos legisladores federales y estatales de Morena, que han querido apagar el fuego en altamar por las constantes protestas de los pescadores; refieren que el dinero del subsidio marino se le entregó directo a los pescadores, siendo esto un grave error, como si ellos fueran los dueños de los barcos, como si ellos ocuparan ese recurso para salir a pescar. No.
Esos mil 391.7 millones de pesos entregados bajo el Componente de Bienpesca, fueron solamente un “apoyito”, en lo que regresan a sus actividades en la mar.
Una de las tantas ignorantes en el tema es la diputada Edna Rivera López, Coordinadora del Grupo Parlamentario del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en el Congreso de Tamaulipas;  quien se jactó en decir en una reunión con pescadores, que el dinero les fue entregado de manera directa. Una enorme barbaridad, pues nunca de los nuncas, dinero entregado a los pescadores va a ser utilizado para el diésel marino que requieren los dueños de los barcos, quienes son las personas generadoras de empleos y bienestar en beneficio de la tripulación. En pocas palabras, el pescador no es el dueño del barco.
Por lo que debería pelear la diputada tamaulipeca, es por no dejar de hacer lo que se estaba haciendo bien desde años: apoyar a la industria pesquera con subsidio puntual y suficiente; debería prestar atención para que no se deje de apoyar el crecimiento del país.
Si atacar la corrupción es la misión del Gobierno de la República, que lo haga pero sin frenarlo todo, al menos no lo que estaba funcionando bien, porque a México se le debe dar fuerza para seguir en movimiento.
Debería saber la diputada de Morena en Tamaulipas, Edna Rivera, que con o sin el apoyo federal, los pescadores seguirán haciendo su trabajo todos los días; ellos no son gente que se raje al desgaste físico por llevar un dinero a sus hogares. Los pescadores a pesar de la crisis sanitaria, de la crisis económica y de lo difícil que es sobrevivir no solamente al poderío de los mares, sino también a la embestida de los piratas que en altamar los encañona, emanza, roba y encuera para dejarlos amarrados en sus mismos barcos, salen adelante.
La industria pesquera en México, quizá logre zafarse del curricán del engaño y el abandono; seguramente seguirán trabajando, sí, van a batallar más en algunos casos y en algunas áreas del mar territorial; pero ojalá y lo sigan haciendo, como también se espera que dejen de engañar al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prometió bienestar para todos los mexicanos y desde hace dos años dejó de ser el candidato de la esperanza para ser el nuevo impulsor de un México que exige resultados, y menos engaños.
@dect1608