Rusia aseguró a finales del 2020 tendrá la capacidad de producir cada mes centenares de miles de dosis de una vacuna contra el nuevo coronavirus que no está avalada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y ha sido cuestionada por investigadores internacionales.
“Según las primeras estimaciones (…) podremos proporcionar a partir de este año varios centenares de miles de dosis de la vacuna cada mes y luego varios millones desde principios del año que viene”, declaró el ministro ruso de Comercio, Denis Maturov, a la agencia estatal TASS.
Maturov explicó que tres empresas biomédicas empezarán a partir de septiembre la producción industrial de la vacuna desarrollada por el laboratorio de investigación en epidemiología y microbiología Nikolái Gamaleia.
Rusia, como muchos otros países, trabaja desde hace meses en varios proyectos de vacunas del COVID-19 y por ahora se priorizó el del laboratorio Gamaleia en colaboración con el Ministerio de Defensa.
Investigadores internacionales alertaron por la rapidez del desarrollo de las vacunas en Rusia y consideraron que no se habían respetado varios procesos científicos para acelerar un trabajo realizado bajo la presión de Moscú.
Los detalles del proyecto del laboratorio Gamaleia no fueron publicados, por lo que no se puede certificar su eficacia. Además, según el listado de potenciales vacunas de la OMS, esta vacuna se encuentra apenas en fase I, y no hay registro de ningún equipo ruso en fase III.
Posteriormente, el lunes el Ministerio de Defensa ruso aseguró que los voluntarios a quienes se les suministró esta vacuna demostraron ser inmunes al virus.
“Los resultados de la investigación mostraron claramente que todos los voluntarios tuvieron una respuesta inmune clara como resultado de la vacunación”, informó el servicio de radiodifusión Zvezda del ministerio, según la agencia china Xinhua.
El viernes, el principal epidemiólogo de Estados Unidos, Anthony Fauci, dijo que era poco probable que su país usara una vacuna creada en países con sistemas regulatorios opacos.
“Espero que los chinos y los rusos realmente estén probando la vacuna antes de administrar la vacuna a alguien”, dijo en una audiencia en el Congreso el viernes 31 de julio.
“Las afirmaciones de tener una vacuna lista para distribuir antes de hacer las pruebas, creo, son problemáticas, en el mejor de los casos“, añadió.
El Centro estatal de investigación Vektor, en Siberia, trabaja en otra vacuna, cuyas primeras dosis deberían estar listas a partir de octubre, según las autoridades.
Rusia es el cuarto país en el mundo más afectado por la pandemia, por detrás de Estados Unidos, Brasil e India, y desde abril expresó su voluntad de ser uno de los primeros países, o incluso el primero, en desarrollar la vacuna del COVID-19.