Así son los curiosos murciélagos gigantes de Filipinas

CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- Hace unos días se hizo viral en Twitter la fotografía de un enorme murciélago colgado del techo en el patio de una casa, un hombre está parado a su lado y prácticamente se ven ¡del mismo tamaño!

Se trata en realidad de un zorro volador filipino o murciélago diadema de Filipinas. Su nombre científico es Acerodon jubatus, y, como cabría esperar, es la especie más grande de murciélagos en el mundo.

Ni te agobies, solo existen en Filipinas, donde viven en los árboles de las selvas de Maitum, en la provincia de Sarangani, y en Mindanao, así como en algunas de sus islas.

Si estos grandes zorros voladores despertaron tu curiosidad, aquí te compartimos algunos datos interesantes:

Esta rara especie es la más grande en el mundo de entre unos 1,200 tipos de murciélagos. Con las alas desplegadas llegan a medir hasta 1.70 de envergadura, lo cual quiere decir que si acostáramos, por ejemplo, a Napoleón, un murciélago diadema podría cubrirlo completamente con sus alas.

Y, sin embargo, son súper ligeros, pesan apenas un poco más de un kilo, es decir, prácticamente lo mismo que una piña chica. Los machos son más grandes y pesados que las hembras.

 

En cautiverio viven más o menos 23 años y se calcula que unos 15 años en su hábitat natural.

Hay más de 60 especies diferentes de zorros voladores en Asia, Australia, África y algunas islas del Pacífico, y, de acuerdo con sus fósiles, son ¡muy viejos! pues empezaron a evolucionar hace 35 millones de años.

Un look de impacto

Los megaquirópteros se conocen también como murciélagos de la fruta o zorros voladores porque sus rostros son muy parecidos a los de estos animales.

No tienen cola y tienen un hocico puntiagudo; no son chatos, como los murciélagos más pequeños o microquirópteros.

Sus orejas son pequeñas y triangulares, otro rasgo que los hace aún más parecidos a los zorros.

Tienen grandes y penetrantes ojos y una especie de diadema o corona de pelaje más claro que el del resto del cuerpo —que es negro—, en la cabeza, de ahí su glamoroso nombre.

Sus alas son tan grandes que para dormir prácticamente se envuelven en ellas, dándoles ese aspecto raro y atemorizante que los caracteriza.

Vistas de cerca, parecen hechas de cuero suave o de plástico, pues no tienen pelo. Estos murciélagos tienen además grandes e impresionantes garras para colgarse de los árboles.

Al contrario de especies más pequeñas de murciélagos, no tienen sonar o sistema de ecolocalización porque no comen insectos; ellos buscan su alimento con la vista.