PANAMÁ (AP) — El Canal de Panamá ha comenzado a sentir los primeros efectos de la pandemia de coronavirus al registrar una importante caída en su tránsito, mientras sus autoridades implementan medidas rigurosas para evitar contagios entre los trabajadores de una de las rutas marítimas más importantes del mundo.
El administrador Ricaurte Vásquez dijo a inicios de esta semana que mayo reflejó el impacto que la crisis sanitaria global tuvo en la ruta interoceánica y detalló que el mes pasado 937 barcos transitaron por el canal, un 21% menos de lo proyectado.
De acuerdo con estadísticas enviadas por la Autoridad del Canal de Panamá a The Associated Press, entre abril y mayo el canal registró 260 cancelaciones, 119 de ellas de cargueros gigantes con gas natural licuado y gas licuado de petróleo mayormente de Estados Unidos al mercado asiático y que tenían previsto utilizar el canal ampliado, que desde que se puso en operación a mediados de 2016 incrementó los ingresos en la ruta. Los cruceros y porta vehículos también mermaron.
“En marzo, el COVID-19 fue decretado una pandemia estableciendo cuarentena a nivel mundial”, refirió Vásquez. “Indudablemente, esto generó impacto en el comercio y, en consecuencia, en las operaciones propias del Canal de Panamá”.
El administrador no mencionó de momento si la pandemia obligaría a hacer reajustes en la fuerza laboral del canal de casi 10.000 empleados, pero estimó que la recuperación en el negocio sería lenta. El canal ha aportado más de 1.600 millones de dólares al año al fisco panameño tras su ampliación y es considerado el motor de otras actividades clave de la economía de servicios del país de 4,2 millones de habitantes.
Algunos analistas consideran, sin embargo, que el impacto del COVID-19 en el canal podría ser transitorio.
El canal “va a tener la capacidad de recuperarse rápidamente porque la activación del mundo depende de la capacidad de activación del comercio”, dijo a AP el analista panameño José Isabel Blandón padre. “Y (con) la activación del comercio, Estados Unidos necesita a Panamá, China y América del Sur necesitan a Panamá, Europa también”. Estados Unidos y China son los principales usuarios de la ruta marítima panameña.
La carga y los ingresos del canal han experimentado alzas en los últimos años a pesar de que la vía ha tenido que lidiar con la disputa comercial entre Estados Unidos y China, así como limitar el calado debido al bajo nivel de los lagos que lo abastecen producto de años seguidos con déficit de lluvias.
“Más preocupación tenía el mundo marítimo cuando el administrador (Vásquez) anunció que no había agua para el canal”, refirió Blandón.
El canal procura proteger el negocio y a su personal de la pandemia, que ya ha enfermado a decenas de sus trabajadores. Hasta inicios de semana la vía tenía a 16 de sus colaboradores infectados, 43 recuperados y un fallecido. Panamá es el país de Centroamérica que más infecciones y muertos por COVID-19 ha reportado, con más de 7.200 activos y 457 decesos hasta el martes.
El canal realiza pruebas a sus trabajadores para detectar los anticuerpos que produce el organismo al responder a la infección antes de que se reincorporen a sus puestos a medida que el país reactiva gradualmente la economía.
Desde hace meses comenzó a dotar con equipos de protección a sus empleados encargados del tránsito de los barcos y los traslada en transportes especiales y en grupos pequeños. Todos los barcos también están obligados a reportar sus condiciones sanitarias a bordo antes de llegar a las aguas de la vía.
“El canal va a tamizar (hacer pruebas) a toda su fuerza laboral para asegurarse que se protege al colaborador y sus compañeros y que no sea un foco de transmisión de vuelta a su familia”, dijo Vásquez.