Las plataformas densas descubiertas gracias a un sistema de algoritmos entre el manto y el núcleo terrestre sorprendieron a los investigadores por sus enormes dimensiones
Científicos estadounidenses descubrieron dos enormes estructuras compuestas por material denso ubicada a unos 3000 kilómetros por debajo de nuestros pies, en lo profundo de la Tierra. El hallazgo de este misteriosos fenómeno en las entrañas del planeta fue realizado gracias a una serie de algoritmos recopilados en un sistema llamado Sequencer y constituye una «enorme anomalía» nunca antes detectada.
El descubrimiento fue realizado por científicos de la Universidad de Maryland y publicado el pasado viernes en la revista Science. Allí, los investigadores comunicaron que el sistema que se utilizó para esta detección se desarrolló originalmente para analizar galaxias distantes, pero terminó develando un misterio en el interior de la Tierra.
Lo que bautizaron como «anomalías muy grandes» fueron detectadas, una debajo de las Islas Marquesas, un archipiélago volcánico ubicado en la Polinesia Francesa. Y la otra, de estructura similar, debajo de Hawai. Esta última resultó ser más enorme de lo que los científicos supusieron en un principio.
Una de las grandes estructuras fue hallada debajo de las Islas Marquesas, en la Polinesia Francesa, en el Océano Pacífico
Los científicos fueron dirigidos por Doyeon Kim, un sismólogo de la Universidad de Maryland. El trabajo consistió en alimentar los sismogramas capturados de cientos de terremotos ocurridos entre 1990 y 2018 en un sistema de análisis de algoritmos denominado Sequencer.
Este sistema permitió analizar 7000 mediciones de sismos, cada uno con una magnitud de al menos 6,5 puntos, que se produjeron en el mundo subterráneo debajo del Pacífico en los últimos 30 años.
Qué halló el algoritmo
Los terremotos generan ondas sísmicas debajo de la superficie de la Tierra que viajan miles de kilómetros. Cuando las ondas encuentran cambios en la densidad, temperatura o composición de la roca, cambian de velocidad, se doblan o se dispersan, produciendo ecos que se pueden detectar.
Los ecos de las estructuras cercanas llegan más rápido, mientras que los de las estructuras más grandes son más fuertes. Al medir el tiempo de viaje y la amplitud de estos ecos a medida que llegan a los sismómetros en diferentes lugares, los científicos pueden desarrollar modelos de las propiedades físicas de las rocas ocultas debajo de la superficie.
«Pudimos analizar simultáneamente miles de sismogramas de ondas que se difunden a lo largo del límite entre el núcleo y el manto y obtener una vista panorámica de la dispersión en la región del Pacífico», explica el abstract del artículo de la citada revista científica.
«Encontramos ecos en aproximadamente el 40% de todas las rutas de ondas sísmicas», señaló otra parte del estudio. «Eso fue sorprendente porque esperábamos que fueran más raros, y lo que eso significa es que las estructuras anómalas en el límite núcleo-manto están mucho más extendidas de lo que se pensaba».
La importancia del hallazgo
Las anomalías en el interior de la tierra descubiertas por los científicos a través de los ecos que analizó Sequencer se denominan zonas de ultra baja velocidad (ULVZ) y fueron definidas como «parches densos en el límite núcleo-manto».
Lo que se llama el manto de la tierra es la capa interna del planeta que se encuentra entre el núcleo (centro) y la corteza (superficie) terrestre.
Nadie sabe exactamente cómo se forman las ULVZ o de qué están hechas, pero está claro que tienen diámetros de aproximadamente cien kilómetros y que son lo suficientemente densas como para desacelerar las ondas que las atraviesan.
Las enormes estructuras denominadas «parches densos» fueron descubiertas en el interior de la tierra, entre el manto y el núcleo del planeta
De este modo los científicos descubrieron la existencia de dos «mega-ULVZ», debajo de Hawái y las Islas Marquesas, zonas que, según dedujeron, se extienden por unos 1000 kilómetros o más.
«Esto es muy interesante porque podría indicar que las mega-ULVZ son especiales y pueden albergar materiales primitivos que han estado relativamente sin mezclar desde los comienzos de la historia de la Tierra», señaló Kim.
El equipo de la Universidad de Maryland planea continuar la investigación para desarrollar un método de exploración para ver también lo que se encuentra bajo el Océano Atlántico.
«Esperamos que Sequencer pueda básicamente dejarnos usar todos estos conjuntos de datos diversos y reunirlos para buscar estas estructuras de manto inferior sistemáticamente», agregó Kim.
El científico concluyó en que espera responder más preguntas sobre la estructura del manto inferior de la tierra con las futuras investigaciones.
En 1864, Julio Verne trató de contar en su libro Viaje al centro de la tierra lo que había debajo de la corteza de nuestro planeta. Más de un siglo y medio después de la publicación de esa historia fantástica, los científicos todavía tienen cientos de preguntas sobre lo que lo subyace bajo la superficie.